Los residentes y dueños de negocios se enfrentaron hoy a una mezcla de alegría y ambivalencia cuando la ciudad reabrió y eliminó las restricciones sobre el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y los límites de capacidad.
En el restaurante Old Jerusalem, el cual abrió hoy por primera vez desde hace un año, el propietario Hajem Almukdad tenía su mascarilla colgada del cuello.
En Esperpento, en la calle 22 cerca de Valencia, Lucero, una mesera y cajera que ha estado trabajando en el restaurante desde hace 27 años, dijo que “se siente bien, pero también con un poco de miedo”, especialmente en las tardes y fines de semana ocupados, cuando algunas personas no usan mascarillas.
Da miedo, dijo, porque no conoce el estado de vacunación de todos y, por lo tanto, desea que la gente continúe usando mascarillas excepto al comer. “Eso sería lo mejor para los clientes y para mí”, dijo.
Subscribe to our daily newsletter and have the latest stories from Mission Local delivered directly to your inbox.
En California, alrededor del 72 por ciento de los adultos y alrededor del 59 por ciento de todos los residentes han recibido al menos una dosis de la vacuna contra covid-19, según datos de los Centros para el Control de Enfermedades.
California tiene la tercera tasa de mortalidad per cápita en siete días más baja del país. No obstante, esta noticia no ha logrado tranquilizar a todos.
En las calles de la Misión, muchas personas todavía usan mascarilla.
Gómez, un empleado de Artillery que también trabaja como educador, era uno de ellos. “Todavía voy a usar mascarilla en interiores”, dijo. “Porque hay algunas personas de nuestra comunidad que no se han vacunado o tienen miedo de vacunarse”.
Milagros López, quien vende joyas en una carpa en la esquina de Mission Street y 24th, usaba su mascarilla a medias. “¡Vamos a recuperar la vida como era antes!”, dijo con entusiasmo en español, claramente contenta con la reapertura.
Alicia Gutiérrez, una empleada de La Reyna Bakery en la calle 24, propiedad de sus padres, estaba preocupada por las pautas de reapertura. Dentro de la panadería, seguirán usando vidrio protector frente al mostrador y solo permitirán dos personas en la tienda a la vez. “No creo que estemos listos para la reapertura”, dijo Gutiérrez. “Todavía podríamos enfermarnos. No moriremos, pero aún podríamos enfermarnos”.
En el estado, todavía se requiere el uso de mascarilla en el transporte público, en hospitales y cárceles, escuelas y centros de cuidado infantil, pero en otros lugares, ya no se requiere el uso de mascarilla. A partir de ahora, la Junta de Normas de Salud y Seguridad Ocupacional también exige que los trabajadores de restaurantes usen mascarilla.
En el restaurante Casa De La Condesa en Mission Street, otra trabajadora del restaurante no estaba del todo lista para la falta de restricciones. Diana Vasquez dice que todavía planea usar la mascarilla y desea que otras personas también lo hagan. “Creo que es porque tenía como 15 o 20 amistades que tuvieron covid”, explica. Todas sus amistades se recuperaron, pero eso la hizo ser más cautelosa. “Creo que es demasiado pronto para esto”, dijo.
Traducción de Andrea Valencia
Original story: https://missionlocal.org/2021/06/restaurant-workers-were-ambivalent-about-giving-up-masks-and-other-restrictions-that-have-been-lifted/
You matter. Every $ you give helps us cover the city.
We rely on you, our readers, to fund our journalism.