Para finales del año, las mujeres creativas podrán tener un lugar en el Distrito de la Misión dónde tranquilamente podrán codificar, colaborar, hacer carpintería o cualquier otra cosa que les apasione sin estar bajo el escrutinio.
Se espera que Double Union, el lugar más nuevo en el barrio para jaquers y creadores, abra sus puertas oficialmente en diciembre para unirse así a un puñado de talleres creativos comunitarios en el país determinados por el género.
“Si trabaja en un campo predominantemente masculino es fácil terminar con puros hombres o una mayoría de amistades masculinas”, dijo Heather Rivers, de 27 años de edad, quien es miembro de una organización únicamente de mujeres. “Es muy agradable conocer a amistades mujeres que piensan como uno, gente a la que le interesa colaborar y expandir ideas y materiales y construir cosas en grupo”.
Rivers es una de las 15 mujeres que ya se han registrado y pagado cuotas para usar el espacio colectivo donde realizarán trabajo creativo. Como otros espacios para jaquers y creadores, Double Union es un lugar que la comunidad opera para gente que quiere reunirse, compartir herramientas, aprovechar recursos y colaborar en ideas.
“Parte de lo que estamos haciendo aquí es bastante radical: no estamos haciendo un espacio en el que los hombres podrán pasar el tiempo. Queremos hacer un espacio que sea específicamente para mujeres”, dijo Liz Henry, de 45, una de las fundadoras de Double Union.
Inspirada por esfuerzos parecidos en otras ciudades, incluyendo Seattle, Portland y Oakland, las reuniones para lograr el primer espacio para jaquers en la Misión comenzaron en junio. Apenas una docena de mujeres ya han participado en pláticas durante el verano donde trabajaron en la logística, explicaron los miembros.
Desde los altos techos del nuevo espacio para jaquers en la calle Valencia, entre Four Barrel Coffee y Zeitgeist, cuelgan poleas que sostienen plantas en macetas hacia un tragaluz; hay una biblioteca de lectura con asientos cómodos, hileras de mesas para instalar computadoras portátiles y proyectos, y un muro dedicado a instalaciones artísticas temporales.
Los miembros tendrán sus propias tazas de té, conexión inalámbrica a Internet de alta velocidad y la libertad de usar cualquier equipo disponible incluyendo las máquinas de coser y sierras circulares. Parte del espacio ha sido diseñado para proyectos industriales, pero escogieron los muebles conscientemente para que fueran ligeros y “todo se pueda reconfigurar sin mucho esfuerzo”, dijo Henry.
Hasta el momento, Double Union ha mantenido la membrecía a bajos números a propósito ya que todavía no han abierto oficialmente. Hasta entonces, las personas interesadas deben tener la invitación de un miembro a un “semi-open” house. Los nuevos visitantes deben firmar una política de antihostigamiento antes de entrar al espacio. Cuando estén listos para crecer, Henry espera que la cifra aumente rápidamente de 80 a 100 personas.
Amelia Greenhall, de 27 años de edad, otra fundadora, está motivada por el entusiasmo que han recibido para el proyecto. “La gente está interesada en algo que siempre han querido, pero no creían que existía”, dijo. Sin publicidad, los 150 boletos para el evento de Double Union para el 30 de octubre se agotaron en menos de 72 horas. Ya que el espacio no está listo todavía, New Relic en SoMa lo está patrocinando.
Henry ha sido parte de la comunidad tecnológica durante más de 20 años. Henry le da el crédito al Internet en ayudar a que las mujeres en la tecnología se encuentren. Henry dijo que la conversación en línea está reuniendo apoyo y ha motivado a las mujeres en la tecnología.
“A medida de que nuestras cifras crecen en el campo, creo que está llegando a un punto crítico”. Henry no se sorprendería si muchas más jaquers feministas y espacios para creadores comienzan a aparecer en el país en 2014.
Los miembros de Double Union hablan de manera positiva de las experiencias que han tenido en otros espacios para jaquers, aunque sus necesidades como mujeres en tecnología no se cumplen completamente.
“Somos mujeres profesionales adultas en el campo y queremos hacer algo que respalde nuestras metas”, dijo Henry quien espera “no tener que pelear contra el sexismo en este espacio protegido”.
Henry trabaja para Mozilla solucionando problemas con el navegador web Firefox. Henry tiene una discapacidad que le dificulta moverse de un lado a otro. Al haber estado intermitentemente en sillas de ruedas en las últimas dos décadas, ha estado trabajando para monitorear y registrar información sobre la vida de las baterías de las sillas para discapacitados y otras sillas de ruedas eléctricas.
“Mi meta final sería diseñar hardware de código abierto para sillas eléctricas”, dijo Henry, “para que la gente con discapacidades pueda en realidad especificar lo que necesitamos”. Además, tiene como propósito enseñar una clase de electrónicos en Double Union y usar las habilidades de dibujo para hacer un libro para colorear del espacio de jaquers.
Greenhall tiene un título en ingeniería eléctrica y está emocionada de estar en un espacio en el que el trabajo y la creatividad no llegan con conversaciones sobre género, o le digan que “es bonito que te guste codificar”.
Actualmente está trabajando para enlazar las luces de las bicicletas a los latidos del corazón de una persona. Los conductores entonces tendrán una conexión humana a los pasajeros en dos ruedas con los que comparten el camino. Double Union le brindará la oportunidad de trabajar con hardware en un medio por primera vez dominado por mujeres.
Cuando no está metida en la carpintería, Rivers es ingeniera superior de software, y la única mujer en una start-up de cuatro personas llamada Mode Analytics. “En realidad hay un 25 por ciento de mujeres, lo cual es bastante bueno” dijo riéndose.
Rivers no puede esperar a sacar sus proyectos de construcción de la sala de su departamento de una recámara en la Misión y poderlos poner en un lugar diseñado para máquinas eléctricas para lijar, pintura y virutas.
Aunque ha hecho uso de otros espacios creativos en la Misión, y los ha disfrutado, Double Union es el primero del que Rivers se ha hecho miembro. “Esta es la intersección de tantas cosas que me encantan”, dijo.
Otros espacios más establecidos y con más antigüedad cerca de ahí le han dado la bienvenida y han respaldado el esfuerzo de Double Union de atender a las feministas en la tecnología.
“No ha habido ningún comentario negativo u obstáculo del que sepa o haya escuchado”, dijo Henry. “En realidad es bastante agradable. Creo que muchos de los muchachos en el área están dispuestos a ver lo que sucede y ser buenos aliados”.
Henry cree que crear un tipo de espacio diferente para mujeres puede hacer que más de ellas lleguen a la tecnología. “En lugar de que las mujeres rechacen la cultura jaquer”, dijo, “podemos construir una población más fuerte al brindar un centro para aquellas que se puedan sentir incómodas o no bienvenidas en otro espacio”.
Para Rivers, ser parte de Double Union no es un rechazo a los espacios mixtos. “Creo que la gente diferente tiene preferencias diferentes. Si hubiera un espacio similar mixto, podría pertenecer a los dos”, dijo. “Tenemos que prosperar para nivelar el campo de juego para todos”.