El viernes, Alberto Vargas Quero de 23 años, llevaba dos días en San Francisco y era su primer día de trabajo en Modern Hair Cuts, en la calle Misión. No había comido en todo el día y estaba esperando el descanso para comer cuando salió a tomar el aire.
Minutos después, Vargas Quero fue acribillado y asesinado a plena luz del día.
Sus amigos y familiares, en su mayoría venezolanos residentes en Colombia, lo recuerdan como una persona tranquila, educada y orientada a la familia. Tras llegar a Colombia siendo un adolescente, Vargas Quero emprendió el año pasado un extenuante viaje a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Esperaba ganar suficiente dinero para comprarle una casa a su madre.
Y acababa de dar el primer paso en su sueño de abrir su propia barbería.
“Yo le decía papi, regresa, pero (él decía) ‘No mamá, yo te voy a ayudar'”, dijo su madre, Anmelys Coromoto Quero Rojas, rompiendo en llanto por teléfono en una llamada desde Bogotá. “Era mi único hijo, señora, era mi apoyo, era el único que me ayudaba”.
Siempre que podía, Vargas Quero enviaba dinero a su madre, a su abuela enferma y a su hermana embarazada, que ahora viven en Bogotá. Su hermana recuerda una ocasión, antes de que se fuera de Colombia, en la que Vargas Quero solo tenía unos $25 dólares que acababa de ganar.
“Le compró un pastel a mi abuela”, cuenta su hermana, Luisana de los Ángeles Vicuña Quero. “Y no había comido nada en todo el día. Prefirió comprarle el pastel a mi abuela y celebrar su cumpleaños”.
Luisana llamó a su hermano “un niño en un cuerpo de hombre”. Los vídeos lo muestran cantando baladas conmovedoras, o enviando vídeos graciosos a su familia utilizando filtros para agrandar sus labios y alterar su voz. Sus familiares y amigos recuerdan que le encantaba la música y el fútbol, pero dicen que su prioridad era siempre ayudar a los que lo rodeaban.
Aún no está claro qué provocó el tiroteo, las imágenes de videovigilancia muestran al tirador de pie cerca de un coche blanco fuera de la peluquería y a otro hombre de pie cerca de la puerta. Cuando Vargas Quero parece volver a entrar en la peluquería, el asesino se abalanza sobre él.
Un testigo presencial declaró previamente a Mission Local que el autor de los disparos se encontraba en el coche blanco cuando realizó los disparos antes de darse a la fuga. El testigo dijo que el tirador había estado merodeando por las calles durante un rato y “mirando a (Vargas Quero) desde el interior del coche”.
Aunque Vargas Quero no tuvo una vida fácil, sí lo era su forma de ser, y su familia lo recuerda como una persona modesta y sin problemas.
Su mejor amigo, Nazareth, dijo que se conocieron en 2017 en la travesía de Venezuela a Colombia, a donde ambos se dirigían en busca de mejores oportunidades de vida.
Vargas Quero tenía 17 años y Nazaret 16.
“La verdad es que fue muy complicado”, dijo Nazareth. “Éramos solo unos niños y fue difícil porque empezábamos a conocer el mundo exterior”.
Con el tiempo, ambos trabajaron en la construcción en Colombia. Más tarde, cuando Nazareth se trasladó a Arkansas, Vargas Quero se le unió. Fue su primera parada en los Estados Unidos.
Su viaje a este país también fue difícil- la madre y la hermana de Vargas Quero dijeron que no tenía teléfono ni dinero, y que tuvo que realizar pequeños trabajos, como vender helados, mientras dependía de la generosidad de los demás para abrirse camino a través de Centroamérica y cruzar la frontera.
Después de más de dos meses de dejar a su familia en Bogotá en julio, llegó a los Estados Unidos en septiembre de 2023, dijo Luisana.
Vargas Quero se dirigió a Arkansas para reunirse con Nazareth, pero tras trabajar unos seis meses en un autolavado donde, según Nazareth, el jefe pagaba mal y hacía trabajar en exceso a los trabajadores indocumentados- Vargas Quero decidió que ya había tenido suficiente. Partió para encontrarse con otro amigo en San Francisco.
Y la semana pasada por fin llegó, y el viernes empezó a trabajar en Modern Hair Cuts.
“Me mandó una foto con su amigo- él estaba allí, y estaba contento”, dijo el padre de Vargas Quero, Yordis Vargas Querales, que habló con su hijo el mismo día del tiroteo. “Le dije ‘Dios te bendiga’, y él dijo ‘Amén’. Mandó esa palabra, ‘amén'”.
Vargas Quero, como siempre, estaba en contacto con gran parte de su familia- su hermana dijo que ese día le había enviado una “bendición a la barriga”, y su madre también había hablado con él.
Ahora, la familia de Vargas Quero intenta abrirse paso por el sistema burocrático para traer a Vargas Quero a casa y obtener respuestas sobre su asesinato.
El sospechoso, Alexander Martínez, de 30 años, fue detenido el sábado en Richmond. Esta tarde comparecerá ante el tribunal de San Francisco.
A Alberto Rafael Vargas Quero le sobreviven su madre, Anmelys Coromoto Quero Rojas, su padre Yordis Ramón Vargas Querales, su hermana Luisana de los Ángeles Vicuña Quero, y su abuela Margeris Margarita de Quero Rojas.
Todas las entrevistas se realizaron y se tradujeron del español.
Actualización: La comparecencia de Alexander Martínez se ha aplazado hasta el 17 de abril. Él permanece detenido.