Traducción de Sandra Gutiérrez
Ni las cámaras ni los profesores pudieron evitar que los acosadores maltrataran al hijo con capacidades diferentes de Yessica Medina, quien responsabiliza a la escuela por el brazo roto que se le ocasionó en los pasillos de la escuela Buena Vista Horace Mann y, ¿ahora el distrito quiere que confíe en que la escuela hará que se que se cumplan los protocolos de prevención de covid si hay reapertura de escuelas?
No sucederá.
“Mi hijo no estaba protegido en la escuela antes de la pandemia”, dijo “¿Me pueden explicar cómo se supone que lo estará ahora?”
La escuela se negó a dar comentarios sobre el incidente que sucedió en los pasillos de su institución, pero Medina pertenece a un grupo de padres y educadores afiliados con escuelas públicas en la Misión que se sienten escépticos respecto a los planes de reapertura. A pesar de las constantes promesas por parte de los funcionarios de salud en donde se indica que la reapertura de las escuelas será segura, algunos padres y educadores de la Misión dudan que los lineamientos sean razonables o que se puedan implementar de forma adecuada.
Mientras tanto, otros dicen que es hora de reabrir y que se puede hacer con seguridad.
“Jugar y compartir con otros niños se ha vuelto un privilegio”, dijo Dheyanira Calahorrano, refiriéndose a los cerca de 16,000 alumnos de las escuelas privadas de la ciudad que han podido asistir a clases en persona en tiempo parcial o completo. Calahorrano es una trabajadora de la salud en el Hospital General de San Francisco, cuyo hijo asiste a la escuela Everett Middle School.
Lo que queda claro es que la reapertura está cada vez más cerca. El 7 de febrero, el sindicato y el distrito escolar llegaron a un acuerdo tentativo para reabrir si la ciudad alcanza el nivel rojo respecto a contagios y el personal escolar está vacunado. Si la ciudad alcanza el nivel naranja, entonces el personal volvería sin tener que haberse vacunado.
Aunque se suponía que el consejo educativo votaría respecto a esta medida el día martes, el voto se retrasó para dar espacio a la discusión sobre un problema legal relacionado con el cambio de nombre de 44 escuelas.
Para acabar con el aislamiento provocado por la escuela en línea, Calahorrano tiene a su hijo asistiendo a clases en línea desde el parque junto con un conjunto de familias latinas de la Misión. Esto, al menos, le permite a su hijo socializar con los otros niños.
Ni ella ni su grupo son los únicos que desean volver: Antes de que comenzara el invierno, logró recibir 70 firmas de familias de la Misión que desean la reapertura de las escuelas.
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El distrito escolar y el Departamento de Salud Pública se negaron a comentar sobre los posibles problemas que implicaría una reapertura. La presidenta del consejo educativo no respondió a nuestra solicitud para una entrevista.
Los padres y profesores que tienen dudas sobre la reapertura dijeron que basar la reapertura con base en la prevalencia del covid podría representar un problema para la Misión, que ha sido uno de los distritos de la ciudad más afectados por la enfermedad.
Yajaira Garcia, madre de un estudiante de primer grado en Buena Vista Horace Mann dijo que no piensa que la ciudad esté considerando la cantidad de casos, que es más elevado, en la Misión. Si este fuera el caso, pregunta ella, ¿por qué se propondría la reapertura de las escuelas de la ciudad al mismo tiempo?
Tara Ramos, quien imparte clase en la escuela Sanchez Elementary dijo que le preocupan las altas tasas de contagio de covid en la Misión, las cuales podrían generar más caos para las familias si se lleva a cabo la reapertura de las escuelas solo para tener que cerrarlas después. Ella se pregunta lo que pasaría si la Misión permanece en el nivel morado mientras el porcentaje promedio de la ciudad llega al nivel rojo o naranja.
“¿Acaso tiene sentido reabrir en un barrio en que la transmisión comunitaria es más elevada, o en donde las personas no están tan protegidas y no pueden quedarse en casa?”, preguntó. “Esta es una conversación que no se ha tenido públicamente”.
Varios padres y maestros también dijeron que a sus alumnos les va bien con las clases en línea. Además, en algunos casos, a algunos les va mejor que si estuvieran en clases presenciales. Esto se contrapone a la información del distrito escolar, que revela que la pandemia incrementó la brecha de aprendizaje entre los alumnos adinerados y blancos en comparación con los alumnos en ambientes de bajos ingresos o de color. Pero, al menos algunos alumnos de color en ambientes de bajos ingresos han tenido una experiencia más positiva y, para casi todos, la reapertura de las escuelas se relaciona con la experiencia personal de cada uno.
“No todo es sufrimiento”, dijo Ramos . “Hay creatividad, aprendizaje y alegría en muchas aulas”.
Medina, la madre del estudiante que sufrió acoso dijo que a su hijo le ha ido mejor con las clases en línea. Además ha podido trabajar con los profesores para que le envíen materiales de aprendizaje que le ayudan a su hijo a aprender.
“Todos los terapeutas dicen ‘wow, Ángel puede hacer esto ahora ¿por qué no podía hacerlo antes?”, dijo ella. “Siempre les respondo que es porque estoy ahí y puedo ayudarlo”.
A pesar de la preocupación por los niveles altos de covid en la Misión, la Dra. Jeanne Noble, directora del centro de respuesta contra covid-19 del Departamento de Emergencias de UCSF dijo que es seguro reabrir las escuelas siempre y cuando los alumnos usen cubrebocas, mantengan la sana distancia y se laven las manos. También dijo que no es necesario que los alumnos o estudiantes se vacunen.
Además, citó un estudio sobre una muestra de 100,000 alumnos y educadores de la Universidad Duke en Carolina del Norte que encontró solo 32 casos de transmisión de covid en 4 meses cuando los casos en el estado eran cuatro veces mayores al número que pondría un condado en el nivel morado. De estos 32 casos, el estudio reveló que no se habían ocasionado transmisiones de alumnos a profesores. La mayoría de los casos se dieron en alumnos jóvenes y alumnos de necesidades especiales que no utilizaron cubrebocas.
“El consenso es que la prevalencia en la comunidad no debe dictar cuándo abrir las escuelas porque cuando se usa el cubrebocas y se aplica la sana distancia, se puede disminuir la transmisión casi al punto de ser nula”, dijo ella y añadió que los alumnos tal vez se encuentren en mayor seguridad en la escuela que en casa.
Calahorrano, la trabajadora de la salud que imparte clases al aire libre, dijo que la falta de confianza en la reapertura tiene que ver con la falta de información en español sobre las formas de reapertura seguras. Dijo que conoce a padres que solo hablan español que reciben la información de los maestros, muchos de los cuales no están listos para volver.
Para algunos, su experiencia pasada en una escuela les hace dudar de la habilidad de los administradores en hacer cumplir los lineamientos de apertura.
“Hemos visto situaciones en los edificios de nuestra escuela que se quedan sin atender“, dijo Ramos. “Tenemos problemas de roedores o de moho. A veces necesitamos ciertos suministros. Hay cierta desconfianza entre los maestros respecto a que el distrito haga el seguimiento a las precauciones que dicen que van a tomar”.
Noble, la experta en salud de la UCSF dijo que comprende las preocupaciones, “Puede llegar a dar mucho miedo entrar a un salón de clases pensando que uno de tus alumnos puede tener covid”, dijo ella, pero añadió que, afortunadamente, los profesores pueden implementar la mayoría de las precauciones contra covid sin recibir ayuda del distrito.
“Es evidente cuando tu aula no cumple con los estándares” dijo. “Si entra un alumno sin cubrebocas se le debe pedir que lo utilice o, de lo contrario, que abandone el aula. Sucede lo mismo con la sana distancia. Puedes poner cinta en el piso para mantener la distancia entre los escritorios”.
No obstante, reconoció las señales opuestas que han recibido los padres. La opinión de que las escuelas están listas para reabrir ha cambiado drásticamente desde hace un año, cuando se pensaba que los niños eran los transmisores principales. Ahora se sabe que no es el caso, aunque las escuelas permanecieron cerradas, lo cual también es un mensaje al respecto.
“Pero, ¿cómo podemos salir de este agujero?”, preguntó. “Conforme pasan las semanas y los meses, las personas tienen más miedo. Casi está en la psique de las personas que las escuelas son un peligro si han estado cerradas por tanto tiempo”.
Al final del día, la decisión de volver para muchas de las familias de la Misión, no será sencilla.
Karla Guerrero, profesora de lectura en Paul Revere y quien tiene una niña que asiste a Dolores Huerta, dijo que muchas partes de la reapertura la emocionan, como el hecho de que su hija conozca a sus compañeros de clase, que salga de su departamento de forma habitual y que pase tiempo con sus amigos que solo ve en Zoom.
No obstante, a la vez, le preocupa su seguridad. Ella proviene de las Islas del Pacífico, su esposo es mexicano y conocen a familias enteras que se han enfermado.
“Sería muy sencillo elegir un bando y decir ‘Nop, no me importa, regrésenlos a la escuela ya’”, dijo. “Sería muy sencillo decir ‘No, cierren las escuelas hasta que todo sea seguro’. Pero no me puedo dar ese lujo. Soy madre, soy educadora y tengo que estar con esa incomodidad a diario”.
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