El martes, inmigrantes de El Salvador y Honduras se reunieron en la esquina de la calle 24 de la plaza del BART después de una manifestación matutina en el edificio federal de San Francisco en protesta de un fallo judicial que crea una amenaza a su estatus de residencia en Estados Unidos.
El centro de la discusión es el Estatus de Protección Temporal, un programa humanitario federal, que permite a los inmigrantes provenientes de países que han sufrido desastres naturales o disturbios políticos, vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos. El 14 de septiembre, el Noveno Circuito de Apelaciones de Estados Unidos revocó una orden judicial que bloqueaba temporalmente los intentos de la Administración Trump para poner fin al programa para ciertos países, incluyendo El Salvador, Nicaragua, Haití y Sudán.
Los inmigrantes de estos países podrían perder su protección TPS en marzo de 2021, lo que daría puerta a la posibilidad de miles de deportaciones.
Una de las organizadoras, Elua Aguilar, inició el evento de la Misión en español que tuvo lugar a las 4 p.m.
“¿Por qué estamos aquí reunidos en esta esquina?” Aguilar gritó en el micrófono. “¡Para defender el TPS de todos los salvadoreños y de todos los centroamericanos que viven en la Misión!”
“Esta esquina es un lugar histórico para todas las luchas que han comenzado desde aquí en el corazón de la Misión”, continuó Aguilar.
Cerca de 317,000 beneficiarios del TPS residen en el país y la mayoría corre el riesgo de perderlo en 2021, según datos del Pew Research Center de 2019. Decenas de miles viven en California, algunos de los cuales residen en San Francisco.
Aunque en el programa nunca se prometió la ciudadanía, tal como lo indica su nombre, los defensores sostienen que los beneficiarios se han establecido en los Estados Unidos y han vivido en este país por más de dos décadas, durante las cuales han pagado cuotas de solicitud e impuestos habiendo así establecido sus vidas aquí.
Las administraciones presidenciales, independientemente del partido político, han sentado un precedente al renovar las designaciones del TPS, sin embargo, la administración de Trump decidió impugnar el programa ofrecido para algunas naciones en 2017.
El martes en la Misión, los titulares del TPS compartieron sus testimonios sobre por qué se vieron motivados a manifestarse la semana pasada, cuando los jueces revocaron la orden judicial, uno de los últimos acontecimientos en la demanda Ramos v. Nielsen .
Una de las demandantes, Crista Ramos de 16 años de edad, ciudadana estadounidense, opinó “Estoy aquí para apoyar a mi madre, a mi hermano y a todos los beneficiarios del TPS”, dijo Ramos. “Voten.Voten por alguien que apoye a los inmigrantes”.
Su madre, Cristina Morales, tomó la voz. “Lo único que significa este mandato es que vamos a seguir luchando”, dijo Morales, beneficiaria salvadoreña del TPS. “Queremos justicia, para mantener a nuestras familias unidas, y tener un camino hacia la residencia permanente”.
Uno de los abogados de los demandantes en el caso Ramos v. Nielsen, Ahilan Arulanantham, de la Unión Americana de Libertades Civiles del Sur de California, le dijo a la Misión Local que planea apelar el fallo del 14 de septiembre. Un panel de tres jueces emitió la resolución a la que pronto presentará los trámites para que el Noveno Circuito la vuelva a considerar. Si eso no funciona, Arulanantham planea llevar el caso a la Suprema Corte de los Estados Unidos.
“El fallo no reconoce lo que todos sabemos que es verdad, que la motivación de la administración Trump es su racismo y apoyo a la supremacía blanca que se ve reflejada en el trato a los beneficiarios del TPS”, dijo Arulanantham.
El abogado también subrayó que debido a la apelación que busca, técnicamente no se ha revocado la orden judicial. Debido a esto, tanto un empleador como el Departamento de Vehículos Motorizados, que expide las licencias de conducir a los titulares de TPS, no podrán negarles la expedición de autorización laboral ni de cualquier otro documento hasta que el caso haya concluido oficialmente.
Arulanantham dijo que aconseja a los titulares del TPS que encuentren vías alternativas para obtener la residencia permanente. Como resultado de algunos fallos legales en California, los titulares del TPS pueden ahora solicitar el trámite de ciudadanía a través de un pariente o cónyuge, lo que no se había permitido en años anteriores, dijo Arulanantham.
Como otra respuesta al fallo, un grupo de defensores llamado la Alianza Nacional TPS ha organizado una campaña en autobús que recorrerá el país durante ocho semanas y culminará su viaje en Washington D.C., donde los beneficiarios seguirán abogando por la residencia permanente ante los congresistas.
El autobús llegó al edificio federal el martes por la mañana, después de haber salido ayer desde Los Ángeles. El martes por la mañana, se produjo otra manifestación en el edificio federal de San Francisco.
Claudia Silva, ciudadana estadounidense de 16 años de edad, habló con sentimiento del estrés que ha vivido a raíz de escuchar que su madre, su padre y su hermano, todos titulares del TPS de Honduras podrían verse obligados a tener que salir del país en 2021.
Silva dijo que su madre trabaja como cuidadora y que todos ene su familia son trabajadores esenciales, como muchos otros que se benefician del programa humanitario.
“Esto destroza a aquellos que más quiero: mis padres y mi hermano”, dijo Silva.
En el edificio federal, el padre Richard Smith de la Iglesia Episcopal San Juan Evangelista comentó que “es desgarradora la posibilidad de que los beneficiarios del TPS en el vecindario tengan que irse”, y recalcó la injusticia del asunto.
“Algunos de ellos tienen negocios”, continuó Smith. “Algunos han contribuido de manera increíble”.
El martes por la tarde, el autobús también hizo acto de presencia en la calle 24, cerca de la calle Bartlett, mientras la protesta se trasladaba a la Misión. El autobús ha sido decorado con imágenes que representan a los trabajadores del TPS como trabajadores esenciales durante la pandemia y muestra también a los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas así como a Arulanantham.
El autobús partió a las cuatro de la madrugada del miércoles hacia Portland, la siguiente parada en el viaje.
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