Traducción por: Neus Valencia
Este jueves inició la segunda semana para el nuevo sitio móvil de pruebas implementado por el Grupo de Trabajo Latino en el 701 de la calle Alabama con más de 200 personas formadas antes de las 10 de la mañana, lo que alertó que las 300 pruebas que se lograron obtener del Departamento de Salud Pública resultarían insuficientes.
El miércoles, el Departamento de Salud le dijo al Grupo de Trabajo Latino que el jueves sólo recibiría 100 pruebas, lo cual no sería suficiente para satisfacer la demanda, pero gracias a una intervención de última hora por parte de los líderes del grupo de trabajo se logró aumentar la cantidad de pruebas, según dicen varias personas.
No obstante, el grupo de trabajo no logró conseguir las carpas, sillas, conos de tráfico y carteles de señalización del Departamento de Salud. Todo esto tuvo que ser comprado o rentado por miembros del grupo de trabajo.
“El Centro de Operaciones de Emergencia creó este desastre”, dijo Valerie Tulier-Laiwa quien, junto con Susana Rojas y otros, estuvo en el sitio en la mañana temprano organizando a los voluntarios, a los trabajadores de la ciudad y al equipo móvil del Departamento de Salud. Estaba claro que estaban decididos a solucionar el desastre y llevar a cabo una operación sin problemas para los inmigrantes que esperaban formados en una fila de más de 200 personas que llegaban al este hasta la calle 20 y por la calle Florida.
Tulier-Laiwa ya había visitado Office Mart el miércoles por la noche para comprar insumos para los carteles que indicarían a la gente dónde formarse. Roberto Hernández, su colega del grupo de trabajo, alquiló las carpas, las sillas y los conos de tráfico. Si tan solo el gobierno de la ciudad hubiera prohibido que se estacionara en la calle Alabama, pero no, dijo Tulier-Laiwa.
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“Esto es simplemente una falta de respeto y más para nuestra comunidad”, dijo.
No está claro por qué siguen existiendo estas fallas en cuanto a las pruebas. Los propios datos del Departamento de Salud han demostrado desde hace tiempo que la población Latinx ha sido afectada de manera desproporcionada por COVID-19, que representa el 15 por ciento de la población de la ciudad y la mitad de sus casos de COVID. Y durante la conferencia de prensa del miércoles, el Dr. Grant Colfax, director de Salud Pública, señaló que el reciente aumento se había producido debido a las reuniones de personas y al aumento de las tasas de infección entre los trabajadores esenciales.
“Podríamos hacer pruebas a 1,000 personas”, dijo Tulier-Laiwa el jueves por la mañana. No pudo dar una respuesta acerca de por qué tenían que presionar para obtener tan solo 300 pruebas. El gobierno de la ciudad aún no ha alcanzado su capacidad de realizar 5,800 pruebas diarias.
El Departamento de Salud aún no ha respondido a nuestras preguntas. Cuando lo haga, actualizaremos esta publicación.
Jon Jacobo, que dirige el comité de salud del Grupo de Trabajo Latino, dijo que se trataba de un caso en el que “la mano izquierda no se comunica con la derecha”. Jacobo dijo que trabaja con dos personas del Departamento de Salud, que entienden la situación. Supuso que el cuello de botella se encuentra más arriba en el escalafón del Departamento de Salud.
La operación del jueves es una evidencia más de que el sitio móvil en 701 Alabama ofrece un lugar listo para que el Departamento de Salud apoye a los trabajadores inmigrantes. Los que estaban al frente de la fila habían estado allí desde las 6:30 a.m. Algunos fueron enviados por sus empleadores, otros se habían enterado de las pruebas al visitar un banco de comida y casi todos sólo hablan español. Muchos eran trabajadores esenciales en el ámbito de la construcción y el servicio de alimentos, exactamente los residentes y los trabajadores que están contrayendo el virus, según el estudio realizado por la UCSF en colaboración con el grupo de trabajo latino.
Alvin Vallejo, enfermero del Departamento de Salud Pública que es parte del equipo que realiza pruebas de campo, dijo: “Hay mucha más gente que en otros sitios provisionales”.
Abel y Rolando, que trabajan en construcción, dijeron que su compañía los había enviado a hacer la prueba. Cuando se les preguntó si su compañía les ofrecería apoyo en caso de que la prueba diera positivo, Abel sonrió y dijo “probablemente no”.
César, que trabaja en una empresa de limpieza, dijo que quería estar seguro de que no llevara el virus a su casa. Su esposa, que trabaja para el mismo empleador, vendrá la próxima semana.
Una mujer de 42 años que vive con su marido y otras cinco personas dijo que vino a hacerse la prueba porque sabe que hay un alto contagio. “Soy la que se encarga de estar yendo y viniendo por comida y lo que se ocupe, y unos salen a trabajar, por eso quiero saber que no lo tengo”, dijo, añadiendo que es la primera vez que se hace la prueba.
El esfuerzo para fomentar la realización de pruebas en la comunidad de inmigrantes ha llevado tiempo y actividades para informar a la comunidad. Al principio, demasiados trabajadores tenían miedo de perder sus empleos e ingresos si los resultados fueran positivos. Pero, como evidencia la fila del jueves por la mañana, ha ayudado mucho toda la labor de comunicación que la UCSF y el Grupo de Trabajo Latino hicieron como parte de su estudio de las pruebas en abril, así como sus esfuerzos continuos en el Alabama Hub.
Aún así, falta hacer más. El sitio web sobre la prueba del Departamento de Salud parece que ofrece una opción multilingüe, pero después del primer enlace rápidamente vuelve a la versión sólo en inglés, así que aunque se ofrezcan varios posibles sitios, cualquier hispanohablante monolingüe no tiene la opción de ninguna orientación en español sobre lo que significa toda esa información.
Y encima de todo no había suficientes pruebas en la calle Alabama el jueves. Al final del día, el grupo de trabajo tuvo que rechazar entre 30 y 50 personas de la población que justamente el Departamento de Salud quiere que se realicen la prueba.
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