Detrás de una cerca en las calles 23 y Florida se encuentra un lugar mágico. Adentro, dos robots, Salve Zero y Slave One, mueven sus brazos articulados y una máquina orbital crea círculos maravillosos de luz colorida. Es el espacio de trabajo y galería de Carl Pisaturo, quien ha creado esculturas luminocinéticas desde 1997.
Pisaturo estudió biología y es se enseño a diseñar y construir piezas que tocan sonido, hacen movimiento y producen color. El ingeniero de aplicaciones de la Universidad de Stanford declaró que cada pieza toma meses de trabajo y le cuestan miles de dólares.
El artista abrirá su estudio al público el sábado para el proyecto MAPP (Mission Arts Performance Project) .

