Photo by Miguel Ángel Uriondo

“Los adictos al crack ya no venden crack porque es más fácil robar teléfonos”, dijo Thomas Mazzucco, presidente de la Comisión de Policía de San Francisco.

En los primeros dos meses de este año, denunciaron 335 teléfonos robados a la policía de San Francisco. Alrededor de la mitad de todos los asaltos en la ciudad son de teléfonos inteligentes. La revista Time hace poco dijo que era “la epidemia de delincuencia en más rápido aumento en ciudades estadounidenses”.

La tendencia ha creado debates entre los principales fiscales, personal del orden público y fabricantes de teléfonos inteligentes en ciudades en el país, incluyendo a San Francisco. El mes pasado, el fiscal de San Francisco George Gascón se reunió con representantes de Apple Inc, con base en Cupertino, fabricante del iPhone, para hablar del problema y formas de hacer que los dispositivos sean menos atractivos para los ladrones.

La reunión fue “poco entusiasta” aunque fue un primer paso, dijo Alex Bastian, vocero de la oficina del fiscal.

Joe McFadden, capitán de la SFPD, quien ha estado estudiando el robo de teléfonos inteligentes, declaró que Apple se ha mostrado receptivo a las preocupaciones del departamento de la policía aunque todavía hay un largo camino que recorrer en solucionar el problema.

“Apple se ganó un nombre por sí mismo al no cooperar con nosotros”, dijo McFadden, y agregó que la compañía ya está discutiendo las formas de rastrear los teléfonos robados y fortalecer la seguridad para que los dispositivos sean menos lucrativos cuando los roban y los vuelven a vender. Los representantes de Apple y Samsung no respondieron las llamadas en busca de comentarios.

El área alrededor de las calles Market y Siete es uno de los lugares más grandes de venta de teléfonos inteligentes robados en la ciudad, precisó McFadden. Media hora después de un robo, el teléfono puede venderse por entre $200 a $300 dólares, y a menudo se vuelve a vender en dos horas una segunda vez por $500. Los teléfonos que no se vuelven a vender en la ciudad a menudo se envían a China a través del mercado negro, junto con una nueva tarjeta sim y vueltos a vender en la calle por un precio menor, dijo McFadden.

La gente a la que le han robado su teléfono debe denunciarlo inmediatamente a la policía y a su compañía telefónica (el sitio web de la Comisión Federal de Comunicaciones posee información sobre cómo contactar a las principales compañías de telefonía celular) para que no sean responsables de futuros cargos incurridos por la persona que robó el dispositivo. Asimismo, la compañía de telefonía podrá desactivar el teléfono y prohibir el acceso a la información personal.

No obstante, parte del problema es que los teléfonos robados se pueden volver a suscribir con nuevas compañías de servicio de telefonía celular.

Bastian declaró que el fiscal espera poder trabajar con Apple, Samsung y otros fabricantes para poner en marcha un “botón rojo” que haría que los teléfonos no se puedan usar después de ser robados. Esta tecnología ya se ha puesto en marcha en el Reino Unido y en Australia.

“Son responsables, un poco como una compañía de tabaco”, dijo McFadden de las compañías de telefonía celular, en referencia al impacto negativo que poseen los productos de consumidores en la sociedad o individuos.

“A menudo hay acusados jóvenes que provienen de comunidades de bajos ingresos que ven los teléfonos inteligentes como una manera de ganar dinero rápido”, dijo Bastian. “Están los fabricantes y las compañías de telefonía celular que ganan mucho dinero. Además, hay todo un sistema de personas victimizadas y acusados menores que se convierten innecesariamente en delincuentes”.

La policía de San Francisco le ha dado a Apple un mes de información de los incidentes en los que las víctimas de robos de teléfonos inteligentes han sido intimidados o golpeados para poder quitarles los dispositivos. Mazzuco espera presentar una carta a los fabricantes de teléfonos y proveedores de servicio por parte de la comisión para aclarar que la situación es urgente.

El próximo paso para el departamento de policía es enseñarle al público a ser cuidadoso en público con los caros dispositivos de tecnología, y alentar a las compañías de telefonía que ayuden a rastrear y desactivar teléfonos que han sido robados.

El aumento en el robo de teléfonos inteligentes a medida de que los dispositivos se han convertido en algo prevalente no es fuera de lo común, dijo McFadden. “Hace algunos años eran los zapatos Air Jordan”.

En los 90, la popular marca de chamarras Starter inspiró una cifra comparable de asaltos, mientras que en los 80 eran los estéreos para autos, de acuerdo con una presentación que McFadden dio en una reunión de la Comisión de Policía de San Francisco.

La policía planea usar anuncios en el radio y difusión a la comunidad para alentar a los usuarios de teléfonos inteligentes a ser responsables con sus dispositivos en público.

“Todo mundo necesita un teléfono de alguna manera”, dijo Bastian. “Todo mundo los tiene tan a la mano que es algo tan fácil de tomar. Está en las manos de todos”.

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