Las inmobiliarias del Cine New Mission, uno de los edificios más icónicos del barrio, tramitarán un permiso de la ciudad el jueves para rehabilitar el deteriorado cine y construir más de 100 unidades de vivienda a lado.
“Este es el proyecto con más impacto que en décadas haya visto la Misión”, dijo Philip Lesser, residente de la Misión desde hace tiempo y asesor de negocios.
Oyster Development planea demoler lo que hoy día es el edificio de Giant Value para hacer espacio para 114 unidades de vivienda a precio del mercado, 89 lugares para estacionar y 14,750 pies cuadrados de espacio comercial en el primer piso.
Alamo Drafthouse planea restaurar y convertir el Cine New Mission en un cine de cinco pantallas y 600 butacas, las cuales incluirán un restaurante de servicio y barra completo. El cine original se construyó en 1910 y ha estado cerrado desde 1993.
La Comisión de Urbanismo de San Francisco considerará ambos proyectos en conjunto en la reunión del jueves —un avance significativo en el proceso de desarrollo.
El proyecto no sólo dejará una gran presencia en la cuadra —a 85-pies cuadrados, se convertirá en el edificio más alto en la Misión— aunque tiene el potencial de atraer a nuevos negocios, dijo Lesser.
Problemas de Estacionamiento
El cine New Mission podrá alojar a 600 personas a capacidad completa, además de 500 personas más en el Preservation Hall West, el lugar de Jazz programado para abrir a finales de este invierno o principios de primavera. Dichas cifras han hecho que los grupos de negocios se pregunten qué impacto tendrá la llegada de personas que querrán estacionar en el barrio.
Aunque el sitio del desarrollo propuesto está bien asistido de transporte público —dos estaciones de BART y varias rutas de Muni— la inmobiliaria ha pedido 89 espacios de estacionamiento; 29 espacios más de lo que la ciudad desea para un barrio en el que hay bastante transporte público.
“Esto va a ser una prueba: ¿podremos manejar este nivel de intensificación?”, preguntó Lesser. “¿Será posible que los muchachos de 20 o 30 años puedan vivir un estilo de vida a lo Manhattan? No cabe duda de que esto comprobará la teoría de que el barrio puede atraer a gente que puede vivir sin tener un automóvil”.
La Calle Misión en Transición
Lesser, quien es el presidente del Distrito de Mejora de Negocios en la cuadra en la que se propuso la construcción del proyecto, declaró que espera que la calle pueda regresar a sus días de gloria cuando era conocida como la milla del milagro en el distrito comercial de la Misión.
“Había una razón por la que se llamaba la Milla del Milagro de la Misión”, dijo. “Trajo mucha actividad al corredor. Lo que la gente ha visto es un cascarón de lo que era”.
Ese cambio fue evidente en los últimos meses. La calle Misión ha visto una pequeña llegada de nuevos comercios y restaurantes que se vieron inspirados por el éxito de la calle Valencia, y la atención internacional que el restaurante Mission Chinese Food ha recibido.
“Lo que se hace con el desarrollo es crear un aumento importante de base de clientes para los comerciantes del barrio”, dijo Lesser, quien es también economista. “Lo primero que un comerciante quiere son vecinos”.
Ya algunos comerciantes de restaurantes han preguntado sobre cómo obtener un espacio en el nuevo desarrollo, según le dijo Dean Givas, presidente de Oyster Develpment, a Mission Local el año pasado.
Cualquiera que sea la consecuencia económica que traiga consigo el desarrollo —si se construye— no se verá sino hasta dentro de 12 o 18 meses cuando los proyectos estén programados para terminar.
Eso no ha detenido a otros caseros en la calle de trabajar por cuenta propia en proyectos de restaurantes.
Robert Randles, por ejemplo, propietario del 2673-2675 de la calle Misión, comenzó el extenso proceso de obtener permisos para transformar uno de sus escaparates de espacio comercial en restaurante incluso antes de encontrar a un inquilino.
“Los inquilinos y los vecinos han propuesto —algunos han rogado— que se encuentre a un inquilino que quiera abrir un restaurante, ya que no hay un restaurante de servicio completo que abra para cenar en nuestra cuadra de la Misión”, le dijo a Mission Local el año pasado.
Al menos otros dos caseros cerca de las calles 24 y Misión han firmado contratos arrendatarios temporales con una galería y un minorista, respectivamente, mientras pasan por el proceso de obtener permisos.
Nidal Nazzal, quien es parte de la familia que es propietaria del local 2485-2491 en la calle Misión, le dijo a Mission Local en el pasado que han anticipado la inauguración del nuevo cine y que no están en ningún apuro para firmar un contrato a largo plazo.
“Los antiguos locales de la calle Misión han seguido desde hace años, eso se va a acabar”, dijo.
Ganadores y Perdedores
El proyecto tiene un gran apoyo de la comunidad, pero algunos se preocupan del impacto que tendrá en negocios existentes.
“Lo veo como otro clavo en el ataúd a la comunidad inmigrante latina de clase trabajadora”, dijo Oscar Grande, director ejecutivo de PODER, una organización de justicia medio ambiental. “Estoy seguro de que todos los dueños de propiedades están esperando a ver qué pasa, pero para los comerciantes es una historia diferente”.
En el pasado, algunos comerciantes que han batallado por estar en la calle Misión le dijeron a Mission Local que los caseros los han estado ignorando cuando se trata de firmar un contrato arrendatario a largo plazo.
La promotora inmobiliario dedicará un pedazo de terreno cerca de las calles Shotwell y César Chávez a la oficina de vivienda del alcalde para construir vivienda asequible y que cumpla con el requisito de vivienda asequible de la ciudad.
Tradicionalmente, los promotores inmobiliarios se ven exigidos por ley a dedicar el 15 por ciento de unidades a vivienda inclusionaria o a pagar un cargo que, una vez construido el proyecto, se destine a financiar vivienda asequible en otro lugar.
La idea detrás de la dedicación de terreno, la cual no tiene precedente, es que la ciudad puede hacer en el terreno 46 unidades de vivienda asequible en lugar de conformarse con menos unidades en el sitio.
Grande, quien estaba entre los directores de organizaciones sin fines de lucro que negociaron el trato con la inmobiliaria, declararon que esto le permitiría a la ciudad tener poder de decisión en cómo se construyen las unidades de vivienda asequible.
“Es mejor porque te dan más por tu dinero”, dijo. “Con las unidades de vivienda asequible en otro lugar esto nos da más control en la comunidad en cómo sucederá el desarrollo. Significa asociarse con inmobiliarias de vivienda asequible, que se acatarían a la contratación local, y contratarían a trabajadores sindicales”.
Sin embargo, a Howard Ruy, propietario de Auto Smog & Oil Changers en el 1296 de Shotwell, el cual se encuentra en el sitio del edificio de vivienda asequible posible, le dijo su casero que tendría que irse del local una vez que el terreno se transfiera a la ciudad.
“Significa que tendré que cerrar el local”, dijo. “Honestamente sólo estoy esperando a que el casero me llame y me diga que me tengo que salir”.