Traducido por Andrea Valencia

Sirron Norris nos envió esta carta y la hemos publicado sin editarla. Podrá encontrar un artículo sobre la discusión relacionada con el mural aquí.

Hace varias semanas, los dueños de Revolution Café se me acercaron para que pintara un mural encima de uno que ya existía sobre el muro de las calles Bartlett y 22 en la Misión. El concepto era crear un mural de la comunidad en el que todas las personas del barrio pudieran participar de manera colaborativa pintando el mural en el próximo evento para el “Mercado para la Comunidad de la Misión”. Los organizadores del evento y varios propietarios de negocios me pidieron que donara mi tiempo. Varios pasantes de arte se ofrecieron de voluntarios y comencé el nuevo mural para la comunidad hace una semana. Es ahí donde cometí un gran error. Supuse que los propietarios le habían informado a los artistas que habían pintado el mural original. Además, no me tomé el tiempo para ver cuál era el valor histórico del mural inicial. Mi error se volvió evidente una vez que los pasantes de arte fueron atacados verbalmente y con publicaciones de blogs subsecuentes por parte de la comunidad, quienes mostraron su aflicción ante el cambio. Durante el transcurso de la noche, el mural fue grafiteado con palabras lastimosas -“Destructores de Cultura”- las cuales estaban dirigidas a mí, como artista.

Me considero a mí mismo como un estudiante desde hace largo tiempo y le pido a la comunidad perdón por mi descaro omiso ante el proyecto. Con sincera humildad, no era mi intención lastimar a la comunidad a la que he amado desde hace 14 años. Como un hombre afroamericano que comenzó siendo indigente en San Francisco hace 14 años, me he esmerado por contribuir a la cultura artística de la Misión y de ninguna manera intenté contribuir a la destrucción de la cultura histórica del Distrito de la Misión. Mi meta ha sido mejorar a la Misión con mi arte a través de murales y clases de arte asequibles para jóvenes. Sin embargo, me di cuenta que en este caso literalmente pinté sobre eso. No obstante, en cada error que he cometido en la vida  me he dado cuenta que es importante aprender una lección. Es obvio que he faltado el respeto al importante contenido del mural y a los artistas que contribuyeron a hacerlo. Sin embargo, desde una perspectiva más general tal vez mi descaro habla sobre un problema más amplio sobre el aburguesamiento. Al juzgar por las publicaciones en los posts, parece ser que algunas personas perciben mis más recientes acciones como un símbolo de la cultura que siempre está en constante cambio en el Distrito de la Misión. Irónicamente, hace varios años pinté el mural “Victorion” en el callejón Balmy sobre el mismo tema. En ese momento, investigué a las muchas comunidades que llamaban a la misión su hogar, desde los indios yelamu a la comunidad latina de hoy día.

Me doy cuenta de que debido a que no nací en la Misión y que no soy latino, mi obra y yo siempre estaremos sujetos a contribuir al aburguesamiento en sí mismo. No puedo cambiar quien soy ni mis propias raíces, pero puedo intentar arreglar algo que estuvo mal.

Hoy día, me puse en contacto con uno de los artistas que había pintado en el mural inicial y tuvimos una plática muy positiva. Me ofrecí a pintar el mural en solidaridad con él y la comunidad entera, con lo cual estuvieron de acuerdo. Ahora estoy tratando de ponerme en contacto con el otro artista que salió afectado. Entiendo que esto no va a traer el antiguo mural de vuelta, ni a la Misión antigua, pero esta es mi esperanza de que le permita a los artistas con raíces históricas de la Misión y a nuevos artistas participar en unidad para celebrar una nueva obra de arte en la que, para bien o para mal, es simbólica en una época que está en constante cambio en el Distrito de la Misión. Para la escuela tradicional, los artistas de la misión y los latinos que nacieron y se criaron en este energético distrito, y para cualquier otra persona que se haya sentido que le falté el respeto con mis acciones, humildemente me inclino ante ellos con un profundo respeto por los valores y raíces históricas con las que han contribuido a la Misión durante generaciones, y haré mi mejor esfuerzo por conservar su cultura en un futuro.

Con Respeto,

Sirron Norris

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Andrea hails from Mexico City and lives in the Mission where she works as a community interpreter. She has been involved with Mission Local since 2009 working as a translator and reporter.

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