Larch St. in the Tenderloin
Larch Street. Photo courtesy of Denise Hart

Traducción por: Anabelle Garay

Los propietarios de tres edificios en Tenderloin presentaron una demanda a finales del mes pasado contra la ciudad y el condado de San Francisco pidiendo que se retiren las tiendas de campaña en la calle Larch entre las calles Van Ness y Franklin y trasladar a los residentes sin hogar a un lugar seguro.  

Según los demandantes, el hecho de que el gobierno de la ciudad no haya hecho eso, “ha creado consecuencias nefastas para los residentes de Tenderloin”, consecuencias que incluyen un mayor riesgo de infecciones de COVID-19 y vacantes en sus propiedades.

Curtis Dowling, el abogado que representa a los demandantes, dijo que este año se resolvió una demanda similar en Tenderloin y que espera que haya más demandas judiciales a medida que los residentes tengan que lidiar con la falta de acción de la ciudad con respecto a los campamentos de personas en situación de calle. 

Los demandantes son miembros de la familia Giosso, propietaria de 725-727 Van Ness Ave., que incluye 31 unidades y un espacio comercial en la planta baja, y Mike O’Neill and Sons, propietarios de los edificios de apartamentos en 828 Franklin St. y 880 Franklin St. 

Larch Street es una calle de una cuadra a la que se hace referencia en la demanda como “el callejón”. Atraviesa sus edificios y tiendas de campaña y la actividad en el callejón es el objeto principal de la demanda. 

Vista desde arriba de Larch Street. Foto cortesía de Denise Hart

Denise Hart, una de las demandantes y gerente de la propiedad de 725 Van Ness Ave, estimó que hay 30 casas de campaña. “Las personas se la pasan gritando y gritando, tienen enfermedades mentales”, dijo. “En este momento, no buscamos que demandar por daños y perjuicios. Solo queremos que se resuelva la situación”.

Hart ha administrado el edificio, que es propiedad de su familia, durante los últimos 22 años. La situación con el callejón se ha vuelto particularmente mala en los últimos seis meses, comentó Hart.

“Mis inquilinos sienten que ni siquiera pueden salir del edificio”, dijo. “Se sienten prisioneros, no pueden dormir y es difícil trabajar”.

Tevaite O’Neill de Wicklow Management, administrador de la propiedad de 828 Franklin St. y otro de los demandantes, ha sabido de problemas similares de sus inquilinos.

“Nuestros inquilinos están trabajando desde casa”, dijo O’Neill, “por lo que ahora no hay manera de ignorarlo, antes al menos podían ir a trabajar a una oficina”.

“Ni siquiera puedes caminar por la banqueta, en el callejón, y es a todas horas del día”, dijo y agregó que pelean, tocan música y participan en actividades ilegales.

Antes de recurrir a la demanda, Hart intentó llamar a la línea 311 de la ciudad en numerosas ocasiones, “llamaba diario”, dijo. También llamó a la alcaldía, a la línea policial para llamadas no urgentes y a la policía de emergencia. “Nadie escuchó”, dijo. La experiencia de O’Neill fue similar.

Al principio, los funcionarios de la ciudad simpatizaban, dijo Hart. Pero después de un tiempo, le quedó claro que nada mejoraría. La razón que siempre le daban era el tema del COVID. “En este punto, creo que el COVID es una excusa. No saben qué hacer”, dijo.

Larch Street no se incluyó en la evaluación reciente que se realizó de las cuadras del Tenderloin porque sólo se hizo hasta South Van Ness. Dicho estudio encontró que desde enero, se ha observado un aumento del 280 por ciento en las casas de campaña en Tenderloin.

Hart instaló cámaras para una mayor seguridad, y ha estado haciendo más lavado a presión en las aceras circundantes.

O’Neill dijo que desde que comenzó la pandemia, ella ha sido testigo del abuso de drogas, escuchó quejas de que uno de los residentes del callejón estaba armado y recientemente uno de sus gerentes estaba caminando por el callejón y una mujer sin hogar lo abofeteó, tirándole los lentes de la cara. “Y el señor tiene ochenta y tantos años, no consideró en llamar a la policía para reportarlo porque no sabe que no hacen nada”, dijo.

Algunos de los residentes de O’Neill se han ido. Otros están considerando irse. “Este es el número de vacantes más alto que he visto”, dijo, y agregó que ha estado en la empresa durante 17 años. Una parte se fue debido a la pandemia y otra parte se fue debido a las condiciones en el callejón.

“De hecho, tengo a alguien que se va, que ha estado en nuestro edificio por 25 años, que se va porque ya no aguanta tener que lidiar con la situación en el callejón”, dijo O’Neill.

En cuanto a Hart, un poco menos de un tercio de las unidades en su edificio están actualmente vacantes. Tener algunas vacantes es normal, reconoció, pero “algunas de esas se deben a la situación en el callejón”.

Hart también tiene un local comercial vacante, pero las casas de campaña hacen que sea imposible mostrarlo.  

Dowling, su abogado, dijo que la demanda es similar a un caso presentado a principios de mayo. En ese caso, la Universidad de California, Hastings College of the Law, junto con otros codemandantes demandaron a la ciudad y al condado de San Francisco para que limpiara las aceras de Tenderloin y trasladara a los que están en los campamentos para que estuvieran en albergues más seguros. Se llegó a un acuerdo el 12 de junio. 

En ese caso, los funcionarios acordaron trasladar alrededor del 70 por ciento de las tiendas de campaña y campamentos en el vecindario antes del 20 de julio, reubicando a las personas sin hogar a habitaciones de hotel, sitios seguros para dormir en otras partes de la ciudad, o sitios en Tenderloin que no estuvieran en la calle, como estacionamientos. 

Las autoridades dijeron que después del 20 de julio, trabajarían para evitar que aumente la cantidad de campamentos y reducir el resto de las casas de campaña existentes.

Los demandantes de esta última demanda habían tratado de incluir su área, específicamente la calle Larch, en el acuerdo, pero no lograron incluirlo a tiempo y tuvieron que presentar el recurso de manera independiente. 

Dowling dijo que la demanda, “literalmente se limita a que se limpie el callejón en beneficio de los residentes del edificio”. 

La ciudad aún no ha presentado una respuesta. “Nosotros ciertamente estamos dispuestos a llegar a un acuerdo y resolver el asunto”, dijo Dowling.

John Coté, director de comunicaciones del Fiscal Municipal Dennis Herrera, escribió en un correo electrónico:

“Estamos revisando esta demanda y la contestaremos en tribunales”.

Dowling anticipa que es probable que se presenten demandas similares. Según Dowling, uno de sus colegas ya está hablando con los residentes del Distrito de la Misión acerca de las mismas preocupaciones. “Yo mismo podría presentar otras demandas”, dijo. “Parece que el gobierno de la ciudad lo está pidiendo”.

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