Traducción por: Neus Valencia
La conversación del evento Grand Rounds fue muy diferente a las anteriores: no hubo presentaciones de diapositivas, jerga médica, no se mencionaron las diversas investigaciones acerca de los últimos estudios de vacunas ni las pruebas de anticuerpos. En el contexto de las protestas por la brutalidad policial y el homicidio de George Floyd, lo usual no sería suficiente. En su lugar, el Dr. Bob Wachter, presidente del Departamento de Medicina de UCSF, invitó a los médicos a conversar acerca de las intersecciones entre el tema racial, COVID-19 y el futuro del sector salud.
“Me di cuenta de que no quería hablar de un tema limitado…Más bien, quería hablar acerca del estado de nuestro sistema de salud, el estado del país, el estado del mundo”, dijo Wachter durante el evento el jueves.
La primera pregunta de Wachter para el Dr. Mark Smith dio la pauta de lo diferente que sería esta conversación: te pregunto como un afroamericano que vive en Norteamérica “¿qué piensas y qué sientes en este momento?”
“Comencemos con la parte esperanzadora…ver cómo reaccionan tantas personas de todos lados en los 50 estados, y en realidad en todo el mundo, me hace sentir esperanza de que a la gente le importa”, explicó Smith, expresidente y director ejecutivo de la Fundación para el Cuidado de la Salud de California.
Sin embargo, Smith también comentó lo mucho que le preocupan los manifestantes en medio de la pandemia de COVID-19. “Me parece que también hay una parte inquietante en el estado de ánimo del país que es importante discutir”, dijo Smith.
Y así se discutió. La incertidumbre y un atisbo de esperanza estuvieron presentes en toda la conversación mientras los cinco participantes discutían acerca de la narrativa que se está desarrollando en nuestro país: ¿dónde estamos?, ¿cómo llegamos a este momento y hacia dónde vamos?
Desigualdades “mortales” en cuanto a la atención médica.
Lo que Wachter describió como un “momento terriblemente triste” tras la muerte de Floyd pronto abrió camino a un análisis más amplio acerca de cómo su muerte y el impacto desproporcionado por COVID-19 en las comunidades de color forman parte de un panorama más amplio en términos de desigualdad racial.
El Dr. Abraham Verghese, presidente adjunto sénior de Stanford Medicine y autor del best-seller Cutting for Stone, dijo que esta historia comienza en 1619, la fecha en que los barcos de esclavos llegaron por primera vez a los Estados Unidos. “Todos estamos tratando de tejer una narrativa en torno a esto”, comentó.
Esta narrativa, por supuesto, incluye el sistema de salud.
Smith dijo que conocer el impacto desproporcionado de COVID-19 sobre la gente de color ha alimentado la ira de los manifestantes. En un tono burlón, describió cómo al principio de la pandemia los efectos del racismo sistémico se disfrazaron con afirmaciones de que el mayor índice de COVID-19 en las comunidades afroamericanas se atribuía a la hipertensión o la diabetes.
Smith comentó que el problema han sido los factores determinantes sociales de la salud y otras desigualdades raciales. La Dra. Sue Desmond-Hellmann, exdirectora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates estuvieron de acuerdo.
“Esta pandemia nos muestra que las desigualdades de las que hablamos en nuestro sistema de salud no solo son sorprendentes, sino mortales”.
Las teleconferencias con los pacientes también han permitido a los médicos conocer otros aspectos de la vida de sus pacientes.
“Las pocas visitas mediante telemedicina en las que he tenido la oportunidad de participar me han hecho apreciar la importancia que le damos a cuestiones como los factores determinantes sociales en cuanto a la salud”, dijo Verghese.
Cuando los médicos piden que los pacientes acudan a las clínicas, en realidad, no saben nada acerca de cómo viven.
El futuro del sistema de salud
La telemedicina también ofrece una forma menos costosa de prestar el servicio de salud en un momento en que COVID-19 ha “expuesto cómo funciona la maquinaria financiera del sistema de salud estadounidense”, dijo el Dr. Ian Morrison, que se hace llamar “futurólogo del sistema de salud” y socio fundador de Strategic Health Perspectives.
“Que sea más económico, eso es lo que la gente quiere”, dijo Smith, deletreando la palabra mientras otros asistentes se reían.
Señaló lo rápido que los médicos y los pacientes se dieron cuenta de la cantidad de tiempo y dinero que se pierde “al trasladar humanos en lugar de información” en un contexto pre-COVID. En cuestión de semanas, el sistema de salud tuvo que hacer la transición a la telesalud, algo que ha sido muy difícil de promover durante los últimos 20 años. Su predicción es que todos los médicos serán médicos “híbridos” dentro de cuatro años.
A medida que la conversación continuaba, los ponentes discutieron varias veces sobre si los hospitales más pequeños tendrían un menor o mayor riesgo que los hospitales más grandes que dependen de seguros privados. A los ponentes tampoco se les olvidó mencionar el hecho de que algunos hospitales perdieran 5 millones de dólares por día durante el mes de marzo. Esta realidad contrasta enormemente con el “flujo de efectivo” que tienen las compañías de seguros de salud porque nadie presenta reclamaciones.
Claro que la cuestión de los seguros plantea otros problemas cuando se considera la cobertura de los seguros para los empleadores.
“Parece que es una buena y gran idea cuando la tasa de desempleo es de 3.7 por ciento”, pero deja de serlo cuando casi el 20 por ciento de los estadounidenses están desempleados, comentó Morrison. Y aunque le encantaría que hubiera un sistema de pago único, Morrison dijo que no hay dinero para eso en este momento.
No obstante, Smith consideró que la pandemia COVID-19 es una oportunidad para cambiar la historia que se está desarrollando. Con respecto a la actitud indiferente de “qué lástima” por la gente que no tiene seguro, Smith dijo: “Me parece que esa noción de las cosas ya terminó”.
“¿Habrá algún cambio fundamental?”
Al debatir acerca de los desafíos éticos cotidianos que plantea el coronavirus (como quién recibirá ventiladores, si debemos o no tener un modelo de pruebas en humanos, la rapidez con que se deben aplicar las vacunas), Verghese abordó el tema del “mayor dilema ético de todos”, nuestra actual sociedad de dos clases que fue evidenciada con el homicidio de George Floyd.
Casi al terminar la discusión, Wachter hizo la gran pregunta: “¿habrá algún cambio fundamental?”
Verghese sigue siendo optimista. “Me parece que éste es el momento y las cosas están cambiando, pero depende de nosotros mantener ese impulso positivo”.
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