Three guns that were turned in at Thursday night's gun buyback.

Los organizadores de la primera recompra de armas de fuego en la Misión realizada el pasado jueves en el estacionamiento del U.S. Bank en las calles 22 y Capp estuvieron afablemente sorprendidos con la asistencia que entregó un total de 157 armas de fuego, con todo y armas de asalto.

“Ha sido increíble”, dijo el supervisor del Distrito 9 David Campos, quien asistió al evento y vio cómo la gente a pie y en autos se formaron hasta dos cuadras para entregar armas cortas, escopetas y rifles. “Simplemente increíble. Esas son armas de fuego que no se están usando en contra de gente inocente allá afuera”.

A los participantes se les ofreció una encuesta opcional y anónima que incluía preguntas como: “¿cuál es la principal razón por la que está vendiendo su arma el día de hoy?”, y “después de haber vendido su arma(s) hoy, ¿está su hogar libre de armas?”

El hogar de Dan Rastrullo en San Mateo está cerca de estar sin armas. Rastrullo se formó afuera del estacionamiento, recargado contra una caja grande que contenía un rifle de francotirador. Rastrullo precisó no haber tocado el arma desde que su esposa se lo dio de regalo hace veinte años. “El plan era comenzar a cazar, pero eso nunca se materializó”, dijo.

Alan Best, quien llegó en un pequeño camión azul con su hermano, estaba en el evento por una razón parecida. “No lo necesito. No lo estoy disparando”, dijo del rifle que retiró un agente del asiento del pasajero. “Es un pedazo de basura”.

Best, un conductor de camión jubilado quien precisó que su jefe le había dado el arma hace seis años, no quería que “disparara a más animalitos”.

“Necesitamos más el dinero en la casa”, dijo. “No hace que las calles sean más seguras. Son solo unos cientos de dólares en mi bolsillo”.

Campos y el alcalde Ed Lee se asociaron con el Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), una organización con base en la Misión que trabaja con jóvenes en riesgo, y GunbyGun, un programa de recompra de armas de fuego financiado por la comunidad, para ofrecerle a la gente $100 por armas cortas y rifles y $200 por armas de asalto.

Eric King, cofundador de GunbyGun, dijo que la cantidad total pagada a la gente por sus armas era de $15,000, de los cuales $8.600 provinieron de la campaña de colaborazión de GunbyGun. Campos dio el resto de los fondos discrecionales.

La gran cantidad de gente que se presentó, la cual atrajo a gente de todas las edades y etnias, mantuvo abierta la recompra de armas después de las ocho de la noche, hora en que debía haberse finalizado. El departamento de policía de San Francisco y la Universidad de California de San Francisco también brindaron apoyo en el esfuerzo.

“En cuanto a la motivación, no nos importa si es por el dinero o la seguridad”, dijo la jefe auxiliar Lynn Tomioka de la SFPD, quien aclaró que se aceptaron hasta cinco armas por persona. “Son armas que se quitan de las calles”.

Tomioka declaró que el evento estaba hecho para atraer a gente que llegaba en autos con armas no cargadas en sus cajuelas, pero se corrió la voz y los propietarios de armas llegaron a pie cargando sus armas, lo cual alentó el proceso. “Cuando la gente llega en auto es más seguro y mucho más legal”, dijo. “Pero no me estoy quejando. Vamos a procesar tantas como podamos”.

“No estábamos esperando que la gente llegara caminando, pero lo haremos funcionar”, dijo Lariza Dugan-Cuadra, directora ejecutiva de CARECEN a la gente que estaba formada afuera del cercado del estacionamiento del U.S. Bank. “Estamos concientes de que están aquí y lo apreciamos”.

Dugran-Cuadra declaró que se le pagó a  los jóvenes en la comunidad  para promover el evento en las calles; los voluntarios colocaron pósters en el barrio y hablaron con la gente sobre los beneficios de entregar sus armas. El protocolo para la recompra de armas incluía autos y gente que llegaba caminando que pudieron entrar al estacionamiento uno por uno, en donde los agentes recibieron las armas, las transportaron a una mesa en la que se registraba el tipo de arma, escribían recibos y las armas se colocaban en cajas que después se apilaron en la parte trasera de una camioneta de la SFPD.

“Dos armas cortas, una escopeta”, le dijo un agente que tomó tres armas de un auto al agente Smith, quien registraba los detalles. Las armas se llevarán a la sala de propiedades de la estación principal de la SFPD, en donde todas y cada una serán investigadas y se registrará la información de las armas.

“Después de un rato, se destruyen todas, lo cual es un poco agradable”, dijo un agente que las colocó en la parte trasera de la camioneta.

Dugan-Cuadra estaba preparado para recibir armas que variaban entre las que se usan para cazar a las que se usan para otras cosas. Pero como la recompra era un evento en el que no se hacían preguntas, no indagó más allá. Es posible que las armas ni siquiera le hayan pertenecido a la gente que las entregó, y lo principal es que la gente estaba lista para entregar las armas.

“Estas armas han sido enterradas en algún lugar en las profundidades de lo que sea que sean nuestros hogares”, dijo y agregó que después del evento, espera que la recompra se convierta en un enfoque viable para las comunidades sin de armas.

“Estoy muy orgulloso de cómo hicimos esto”, dijo Campos, quien estuvo de acuerdo con Dugan-Cuadra en que el esfuerzo en equipo funcionó bien.

“A menudo la gente está muy dispuesta a entregar sus armas a través de un evento seguro y anónimo como este”, dijo King, quien espera que el proceso de recuperación “total de armas” demuestre resultados inmediatos de disminución de la violencia de armas. “Queremos que la gente se emocione con esto”, dijo. “Queremos que se sientan motivados”.

Follow Us

Molly is a multimedia journalist, editor, photographer and illustrator. She has contributed to dozens of publications, and most recently, served as Editor of the Pacific Sun. To view more of her work, visit mollyoleson.com.

Leave a comment

Please keep your comments short and civil. Do not leave multiple comments under multiple names on one article. We will zap comments that fail to adhere to these short and very easy-to-follow rules.

Your email address will not be published. Required fields are marked *