Wenonah Hauter with her new book, "Foodopoly," at Mission Pie. Photo by Carly Nairn.

Hace poco, Mission Local entrevistó a la escritora Wenonah Hauter, directora ejecutiva del grupo de apoyo con base en Washington conocido como Food and Water Watch. La entrevista se llevó acabo en Mission Pie para hablar de su nuevo libro “Foodopoly: The Battle Over the Future of Food and Farming in America” en donde investiga el negocio agrícola.

Mission Local: ¿Me puede contar de su libro y por qué decidió escribir de comida y el futuro de la agricultura?

Wenonah Hauter: Bueno, en Food and Water Watch hemos estado luchando desde hace varios años para cambiar la política alimenticia. Para mí era claro que la gente estaba muy confundida sobre lo que realmente necesitamos hacer para cambiar nuestro sistema alimenticio.

Quería redactar una explicación de cómo fue que terminamos con un sistema alimenticio disfuncional, retroceder a los años 30 en donde verdaderamente comenzó la política alimenticia moderna y darle un seguimiento en las décadas siguientes que explicara cómo llegamos hasta aquí, en especial a los años 80 cuando se desarticuló la ley antimonopolio. Desde entonces, terminamos con monopolios casi en todas las industrias. En especial en la industria alimenticia, en la que solo hay un pequeño grupo de corporaciones entre un millón de agricultores y miles de millones de consumidores. Además, quise agregar algunos de estos a la “agenda positiva de comida”, porque la gente se [está] emocionando sobre los locávoros.

En este país hay un gran movimiento alimenticio, en especial aquí en San Francisco, y hay gran interés en intentar cultivar desde cero un movimiento de comida. Quise presentar el argumento de que es genial, es una estrategia y necesitamos muchas estrategias. Pero también necesitamos cambios sistemáticos, y esos cambios sistemáticos también son necesarios para componer nuestra democracia. Espero que podamos hacer que la gente se interese; gente que le interese los temas alimenticios para que participen en la política en general porque necesitamos hacer algo más que votar con el tenedor. Tenemos que votar con nuestros votos, y una vez que se haya elegido a la gente, necesitamos hacer que sean responsables.

ML: En la investigación para este libro, ¿encontró algo impactante?

WH: Básicamente, tenemos alrededor de 20 compañías que procesan comida y que controlan la mayor parte de las marcas de las tiendas de abarrotes. Así que cuando los consumidores van, parece que hay una gran variedad, muchas opciones, pero esta pequeña camarilla de compañías hacen una mercadotecnia de nicho bajo muchos nombres diferentes y uno puede hojear el libro y ver las 20 marcas principales.

ML: ¿Cuáles son algunas de ellas, por ejemplo?

WH: Las cinco principales son PepsiCo, Nestle, Kraft, Tyson y la compañía brasileña de carne llamada JBS que la mayor parte de la gente nunca ha escuchado pero que tiene marcas como Pilgrim’s Pride y Swift.

Así que cuando hay un grupo de cadenas de abarrotes que en realidad son las compañías alimenticias más poderosas en el país porque exigen tal volumen y han ideado una manera de absorber toda la ganancia, desde el punto agrícola a la cadena de distribución hasta sus bolsillos. Walmart, por supuesto, es la más grande. Uno de los tres dólares de abarrotes se destinan a Walmart, y desde hace casi 15 años han ideado una forma en la que básicamente hacen que sus proveedores se apoderen de todas las responsabilidades que las abarroterías alguna vez tuvieron, y pagan muchos de los costos que hay que pagar para que dichos productos lleguen a la abarrotería. Y es por eso que ha habido un efecto impactante en nuestro sistema de comida.

Aquí en California, en el Valle Central, de donde provienen muchas frutas y verduras, sólo los fletes y empacadores más grandes pueden tener una ganancia, y a los agricultores más pequeños les ofrecen comprarlos o consolidarlos porque cuando una tienda como Walmart necesita volumen, no quieren lidiar con tantas compañías medianas. Quieren lidiar con, si hablan de carnes, los empacadores más grandes de carne, y por eso han tenido un efecto tan grave en la reestructuración de nuestro sistema alimenticio.

ML: Y hoy, ¿vino a Mission Pie porque cree que el Distrito de la Misión tiene una inversión en un movimiento local, o porque sólo tiene una escena interesante de comida?

WH: Sí, creo que hay una escena interesante de comida. Hemos hecho otros eventos en el Área de la Bahía y hay una gran emoción entorno a la comida, mucho interés en Foodopoly. Apoyamos en gran manera la visión de Mission Pie y fue una comunidad excelente a la cual venir y hacer un evento porque hay una gran emoción y un gran interés en hacerse políticamente activos aquí.

ML: ¿Qué es lo que le interesa en particular del punto de vista de Mission Pie?

WH: Bueno, creo que el puro hecho de que no tengan Wi-Fi aquí y que quieren que la gente venga y platique, coma un producto de muy alta calidad, que usen su espacio para diferentes eventos para educar y movilizar a la gente, simplemente apunta al tipo de negocio que realmente enriquece a una comunidad.Habla

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A Modesto, CA native, Carly has been working in the news industry for the past five years. She has worked with The Portland Mercury as an Arts Intern, The San Francisco Bay Guardian as a News Intern, The Lewis County Chronicle in Centralia, WA as a beat reporter, and was the student opinion editor for her undergraduate newspaper, The Daily Vanguard, for Portland State University, in Portland, Ore. She currently lives in San Francisco, CA.

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