El pasado jueves, en el Centro Eric Quezada para la Cultura y Política, ubicado en la calle Valencia y 16, se celebró con música, baile y mariachis la unión de varias instituciones del Distrito de la Misión dedicadas a los derechos de los trabajadores inmigrantes.
Las festividades marcaron la toma oficial y patrocinio administrativo del programa para jornaleros a través de Servicios para la Comunidad de la Calle Dolores (DSCS, por sus siglas en inglés) y el Colectivo de Mujeres. La unión formalizó una colaboración que comenzó el pasado mes de julio, declaró Wendy Phillips, directora de DSCS.
El programa para jornaleros y el Colectivo de Mujeres “tienen una larga historia en la comunidad en la lucha de derechos de trabajadores inmigrantes para que tengan un trabajo digno y asegurarse que reciban una paga justa, y queremos apoyarlos para que puedan continuar su trabajo”, dijo Phillips.
El DSCS se formó en 1982 al ofrecer un refugio de emergencia para indigentes dedicado para refugiados latinos que emigraban de países destruidos por la guerra en Centroamérica, dijo Phillips. Asimismo, patrocina a otros grupos, con todo y la Red de Defensa Africana y la Red Legal de Educación para Inmigrantes de San Francisco.
“Al juntarnos, ambos nos fortalecemos porque se superpone en las comunidades a las que asistimos”, dijo Phillips. La Raza Centro Legal y el Colectivo de Mujeres patrocinaron previamente el programa para jornaleros.
Tener el programa para jornaleros bajo la cooperación administrativa del DSCS tiene sentido en muchos niveles, dijo Emiliano Bourgois-Chacon, director del programa para jornaleros.
El programa para jornaleros y el Colectivo de Mujeres ayudan a jornaleros y trabajadoras domésticas a encontrar trabajo y negociar las condiciones de empleo. Burgois-Chacon declaró que su programa requiere que los empleadores paguen $50 dólares por un mínimo de tres horas de trabajo, y $15 por hora después del mínimo. Cada día, Bourgois-Chacon le ayuda a siete trabajadores a encontrar trabajo.
Los 120 participantes que pertenecen al programa pagan un cargo mensual de $2 dólares, declaró.
“El modelo para el programa para jornaleros es vincular al trabajador con el empleador y que el trabajador desarrolle con el tiempo una red de empleadores que pueda sostenerlos y luego ser económicamente independientes”, dijo Bourgois-Chacon.
Debido a que la mayor parte de los participantes son indigentes, precisó Bourgois-Chacon, fue natural para el grupo unir fuerzas con el DSCS, el cual ofrece vivienda de emergencia para indigentes.
Con DSCS administrando los deberes administrativos, Bourgois-Chacon y su gran equipo de voluntarios pueden concentrarse en brindar una variedad de servicios, con todo y ayudar a los trabajadores con facturas y manejo de recibos.
Otra meta del nuevo patrocinio, dijo Bourgois-Chacon, es que el DSCS ayude a encontrar un espacio más grande para el programa de jornaleros. El programa actualmente aloja todas las actividades, con todo y la clase de inglés que en su mayoría tiene participantes hispanoparlantes, en una sala de tamaño mediano en la calle César Chávez y la avenida South Van Ness.
“Es difícil tener clases en inglés en este espacio cuando la gente constantemente entra y sale”, dijo Bourgois-Chacon.
Con más espacio, el programa para jornaleros y el Colectivo de Mujeres puede mejorar servicios existentes y ofrecer nuevos servicios como cuidado infantil y talleres de mano de obra especializada.
El programa para jornaleros le ha ayudado a Ramiro Serrano, quien emigró de México hace tres años, a conocer a gente con un contexto parecido y le ha dado trabajo durante los últimos dos años.
“Debido a que la mayor parte de nosotros somos inmigrantes y compartimos una historia de inmigración, nos conectamos de manera inmediata. Compartimos el trabajo de una forma tranquila y pacífica”, dijo Serrano y agregó que obtiene dos trabajos al mes a través de la organización.
“El programa de jornaleros es como cuando un padre cubre a sus hijos con una cobija”, dijo Serrano.