Traducido por Andrea Valencia

Dos dólares la hora o salarios semanales de $200 dólares más viajes a Las Vegas no parecería ser el pago adecuado a cambio de cuidado de infantes de calidad. Pero en esta época, estas son algunas de las propuestas que les han ofrecido a las niñeras.

“A [las niñeras] les ofrecen los incentivos más extraños”, dijo Melissa Castillo, directora de programas de la comunidad en el Edificio para la Mujer. “Los ánimos están por los suelos debido al imposible mercado laboral. La gente lo sabe y en lugar de salarios ofrecen incentivos”.

No nada más hay menos familias contratando a niñeras, profesores desempleados y trabajadores de oficina sino que además están entrando al campo laboral ofreciendo una nueva competencia, según agencias de colocación. La abundancia de niñeras ha significado salarios menores y ofertas fuera de lo normal.

Una mujer, quien pidió que su nombre se mantuviera en el anonimato, vino a los Estados Unidos desde Perú hace nueve años y encontró trabajo rápidamente por $17 dólares la hora en el año 2001. Mantuvo ese trabajo hasta el año 2009 cuando el niño al que cuidaba cumplió los 10 años de edad, y entonces la familia decidió que no necesitaba una niñera de tiempo completo.

Ha estado buscando trabajo desde el mes de noviembre pero ni el hecho de tener un pasaporte estadounidense ha sido útil en su búsqueda laboral.

“Lo que está sucediendo es realmente horrible”, dijo ella. “Creí que era sólo yo, pero mucha gente me ha dicho que tiene problemas”.

Jens Hillen, quien es propietario de Town and Country Resources, una agencia de colocación de niñeras en el Área de la Bahía, con su esposa, dijo que la recesión de 2008 tuvo consecuencias en clientes y niñeras. La contratación comenzó a alentarse y el número de candidatas a niñeras aumentó.

Leslie Kline, consultora de colocación en Aunt Ann’s In-House Staffing, estuvo de acuerdo con el hecho de que hay más gente con educación universitaria registrándose para trabajos de niñera. Muchas de ellas son profesoras que se han quedado sin trabajo y están buscando alternativas a medida de que el desempleo permanece cerca al diez por ciento en el Condado de San Francisco.

Las niñeras contratadas por medio de agencias ganan más en general que aquéllas que buscan trabajo por medio de anuncios en sitios en línea como Craigslist. Kline comentó que por fin ha comenzado a ver que los precios mínimos se encuentran por encima de los $20 dólares por hora, pero después de la recesión, $20 dólares era la cantidad máxima por casi dos años. Los defensores de trabajadores en el Centro de la Mujer dijeron que todavía perciben un mercado laboral difícil para niñeras.

La mujer peruana que está desempleado dijo que ha asistido a varias entrevistas en hogares lujosos alrededor del Área de la Bahía. Los padres de familia son abogados, doctores y arquitectos que anuncian entre $16 y $20 dólares por hora, pero cuando llega a la entrevista o a la capacitación le ofrecen entre $8 y $10.

“Me dicen que la economía está mal”, dijo. “Y han encontrado mujeres indocumentadas que trabajan por $8 dólares la hora”.

En una entrevista, fue a una casa sin amueblar con sólo un colchón y una sábana en el piso. La madre de un infante de tres años de edad le dijo que ahí dormiría ella y que le pagaría $200 dólares a la semana.

“Estaba muy sorprendida porque el anuncio decía $15 dólares por hora”, dijo. “Después la mamá me ofreció llevarme a Las Vegas cada fin de semana. Me dijo que iba a tener muchos amigos, muchos novios. Le dije que no necesitaba ni un novio ni un esposo. Estoy aquí para trabajar con niños”.

Hace poco, la niñera peruana  le pidió a Castillo en el Edificio de la Mujer que hiciera un volante que anunciara sus servicios. “No quería que pusiera la educación universitaria que tiene en el volante”, dijo Melissa Castillo al referirse a la capacitación en obstetricia de la mujer “porque le daba miedo que la gente fuera a pensar que iba a ser más caro y no le hablarían”.

Castillo dijo que era un problema común y ha visto que tanto abogados de inmigrantes como psicólogos están listos para trabajar como trabajadores domésticos, asistentes de cocineros, camioneros y niñeras porque sus grados académicos importan muy poco aquí.

“La semana pasada, solicité trabajo a varias familias”, dijo la mujer peruana. “Pero no sé si alguien ha respondido. Voy a ir a la sala de recursos a revisar mi correo electrónico. A menudo, espero muchos días y nadie responde –ni siquiera para dar las gracias”.

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Walking in the streets of the Mission takes Lauren back to the streets of South America. Up until now, she’s known the Mission through its bars and restaurants; now it’s the buzz on Mission Street that attracts her. She loves listening to the Spanish in the streets.

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