Traducido por Neus Valencia.
Cuando tomo el autobús en la parada del BART de la Calle 16 es como si entrara a otra dimensión; el conductor me sonríe, no tropiezo con ninguna botella vacía de Old English, no escucho a ningún pasajero tarareando la canción de Mister Mister “Broken Wings” y noto que hay asientos, asientos vacíos.
Al parecer no voy en el Muni. El número de autobuses privados que siempre han sido parte de la ciudad ha incrementado, mientras que el servicio del Muni sigue reduciendo sus rutas y horarios, y el servicio del Caltrain enfrenta una serie de recortes presupuestales. De acuerdo a un reporte preeliminar a cargo del supervisor Bevan Dufty, los cuatro más grandes operadores de autobuses privados (Google, Yahoo, Genentech y Apple) transportan diariamente 2,000 personas dentro y fuera de San Francisco (en promedio, el Muni transporta 700,000).
“Sabemos que existen más autobuses privados”, dice Margaret Cortes, directora de planeación para la Agencia Pública de Planificación del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de San Francisco (San Francisco County Transportation Authority). “Hemos hecho unos cálculos aproximados pero no sabemos cuántos son”. Cada vez hay más quejas sobre los autobuses privados, dice Cortes — la mayoría de los autobuses pertenecen a Google y Genentech.
A principios de 1900, San Francisco tenía una red de servicios de transporte público y privado, un siglo más tarde regresa a lo mismo. En East Bay, UC Berkeley compra para sus estudiantes, pases de autobús de AC Transit que les permiten hacer viajes ilimitados. En San Francisco, UCSF y la Academy of Art utilizan autobuses privados. Dos modos de transporte paralelos: uno para las instituciones que necesitan que las personas lleguen a tiempo y de manera segura a su destino, y la cual tiene los recursos financieros para hacerlo; y otro para el resto de la gente.
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San Francisco es una ciudad a la le gusta fingir que las clases sociales no existen, y es cierto que aquí hay más flexibilidad que en otras áreas urbanas pero en los autobuses privados se han visto divisiones de clase y disgustos que generalmente se mantienen escondidos. Casi todos en San Francisco, en un momento u otro, pueden y han caminado, ido en bici, manejado o tomado el Muni, pero para cuando la gran cápsula negra que es el autobús de Google hace parada en las calles 16 y Valencia desincorporando a un hombre en uniforme y con una tarjeta de identificación, es bastante claro quien tiene y quien no tiene un viaje gratis a Silicon Valley.
Los autores del reporte de la SFCTA (San Francisco County Transportation Authority) a cargo de Dufty sobre los autobuses privados, se ven desconcertados ante la animosidad que los autobuses privados provocan. “Los beneficios son grandes y significativos”, afirma el reporte. Un análisis sobre los grandes cuatro indica que los autobuses privados evitan que cada año alrededor de 8,000 libras de CO2 entre a la atmósfera al eliminar viajes de coches particulares. Los autobuses generan 1.8 millones de negocios en áreas alrededor de las paradas de los autobuses privados y también disminuyen el tráfico y la cantidad de coches estacionados al permitir que los residentes de la ciudad vivan sin la necesidad de un coche que de otra forma tendrían que comprar. “ Las consecuencias están ubicadas”, afirman los reportes “los problemas más grandes parecen estar relacionados a los conflictos entre el Muni y el desempleo. La seguridad, que es en general una demanda común entre la gente no parece ser el gran problema como algunos ciudadanos lo perciben.
“Los problemas con el Muni” es que los autobuses privados hacen paradas en las estaciones del Muni. El Código de Transporte de la ciudad de San Francisco dice que la Agencia de Transporte Municipal de San Francisco (SFMTA por sus siglas en inglés) tiene que proporcionar un explícito permiso a otros vehículos de utilizar las paradas del Muni. Este acuerdo aún no existe aunque algunos servicios de autobuses privados ya han desarrollado su propio programa piloto llamado Muni First (sin inversión alguna por parte del Muni). Éste programa ha sido implementado desde mayo del 2009.
El Estado es responsable de dar licencias a los autobuses privados — una de las razones por la cual es difícil para la ciudad saber exactamente cuántos autobuses privados operan dentro de ella — pero la Agencia de Transporte Municipal (MTA, por sus siglas en inglés) tiene la libertad de multar a los autobuses que se comporten incorrectamente. Por ello, el ímpetu por desarrollar el programa Muni First.
Dejé de tomar el Muni hace dos años, después de una fría y larga noche en una parada de autobús al otro lado de la ciudad. El reloj digital de la parada contaba los minutos en los que llegaría el autobús, luego, cuando marcaba que llegaría en tres minutos, el reloj comenzaba a contar hacia atrás; el autobús tardó una hora y media en llegar. Hace mucho tiempo que me sentía culpable de tomar el Muni y es que los autobuses cada vez van más llenos. Y ya que no tengo ninguna discapacidad y vivo en una ciudad pequeña, pensé que lo mejor era manejar mi bicicleta y dejar el sistema de trasporte colectivo a la gente que realmente lo necesita. La mayoría del tiempo lo hago. Desde eso, las pocas veces que he tomado el autobús parece que cada vez más el autobús es usado por niños, mayores de edad y algunos entre los dos.
Tampoco es que todo sea una utopía en los autobuses privados. Mientras pasa por el Barrio de la Misión camino a San Francisco General, es cada vez más aparente que las dos mujeres detrás de mi están teniendo una complicada discusión que gira sobre si llegaran o no a tiempo para su reunión de AA, sin embargo algo que se ve extrañamente educado de su parte es que toda la discusión fue llevada a cabo en voz baja. Es como estar en Vancouver.
“Oye”, le digo al conductor que discretamente y casi a un grado subliminal escucha la canción de “Disco Inferno”. “¿Alguna vez no has dejado subir a alguien al autobús?”.
La pagina de Internet de los autobuses privados de la UCSF tiene una descripción un poco imprecisa sobre la accesibilidad de los autobuses. Dice que los autobuses están disponibles para los miembros de la facultad, del personal, estudiantes, pacientes y visitantes. Una entusiasta reseña en la pagina de Internet Yelp revela que algunos de los residentes de la ciudad los están usando para asuntos no relacionados con la UCSF. Supongo que todo depende de como defina “visitante”. “ Dejamos subir a cualquiera”, dice el conductor. “Siempre y cuando no maltraten el autobús ni hagan mucho ruido”.
Sonríe, con un poco de satisfacción. “Damos servicio a todos”. Las mujeres que estaban detrás de mi, dejan de discutir justo a tiempo para opinar. Ir y venir del doctor es aceptable para las dos. “Pero haga de cuenta que tengo que ir a una… reunión de AA o algo así. Y al otro lado de la ciudad”, dice una de ellas. “ Me sentiría culpable de hacerlo”.
“No lo se”, dice la otra. “Estas esperando al Muni en el frío y para cuando llega una sólo se pregunta “¿En serio tengo que pagar por esto?”.
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