Traducido por Andrea Valencia

Alejandra Ortiz y Luis Maurette se conocieron en la Escuela de Música Berklee en Boston, vivieron en el Área de la Bahía de San Francisco durante 10 años y hoy día viven en Bogotá, Colombia y Buenos Aires, Argentina (respectivamente). Juntos, como Lulacruza, tocan el cuatro colombiano, la caja shruti, el laúd, el kalimba, el charango y múltiples tipos de percusiones y secuenciadores electrónicos, así como una amplia variedad de flauta amazónica. Su música es hipnotizante, experimental y difícil de clasificar. De cualquier manera, les hicimos varias preguntas sobre su música y fueron muy amables en respondernos. Los podrá ver tocar en una de sus últimas fechas de su gira esta noche, aquí en la Misión.

Mission Loc@l: Su gira está a punto de terminar. ¿Qué van a hacer cuando no estén viajando?

Luis Maurette: Hago muchas cosas. Enseño producción de audio y software. Estoy en un proyecto en el que filmo música indígena en Suramérica.

Alejandra Ortiz: Yo toco música. Enseño música. También enseño algo que se llama Yoga con la Voz –combina el yoga, el tai-chi y ejercicios de respiración. Estudié en el Instituto de California para Estudios Integrales en San Francisco y me gradué de un Programa de Sonido, Voz y Música. Por lo tanto desarrollé mi propio sistema de hacer uso de la voz para la curación y la transformación, y eso es lo que enseño.

También pedimos becas. Eso es muy importante, y es algo que muchos otros músicos  ni siquiera piensan en eso. También estoy muy interesada en la música indígena.

ML: ¿Cómo es hacer investigación sobre música indígena?

AO: Las cosas nunca son como uno espera que sean. Es mucho más complejo de la visión idealizada que se tiene del pueblo indígena.

Con una de las primeras becas que obtuve fui a visitar a un curandero en la región de Putumayo. Pero cuando llegué, todo el pueblo estaba de fiesta. No me había dado cuenta que era su carnaval. Estaban bebiendo, tocando música y bailando. El primer día, todos estaban de blanco. El segundo día, todos estaban de negro y se pintaron las caras de negro. En el tercer día, todo era de colores. Pasamos de la luz a la oscuridad a la creación de todas las cosas. No es nada más una fiesta.

ML: ¿Participaste?

AO: Sí. No hay manera de que uno pueda no participar, porque te agarran y te pintan la cara y te avientan cosas.

ML: Y el estudiar la música de otros debe tener un impacto en tu propia música.

LM: Cuando escuchas nuestra música, nunca vas a decir: “ese ritmo es de Colombia, ese es de Argentina. Intentamos entender las esencias que componen esta música. Es algo que mantiene al corriente nuestro trabajo y nutre nuestra música. Pero no la usamos deliberadamente.

ML: ¿Cuáles fueron algunos momentos memorables de la gira?

AO: Tocamos en la Casa de Arte Red Poppy en el mes de julio. Tuvimos una residencia ahí en el año 2008, y conocemos tan bien el espacio que sabemos cómo suena. Estaba repleto. Había mucha energía. Fue un espectáculo increíble.

LM: En Denver nos invitaron a tocar para la Bienal de las Américas, en la que hubo músicos que representaban a todos los países del hemisferio. Pudimos tocar con Juana Molina, una música de Argentina a quien admiramos.

ML: Ahora que la gira está a punto de acabar, continuarán viéndose con la misma frecuencia debido a que viven en diferentes países?

AO: Pasamos mucho tiempo juntos. Cuando regresemos vamos a pasar tres meses en Argentina y tres meses en Colombia.

ML: ¿Y por qué dejaron el Área de la Bahía?

AO: Habíamos estado viviendo en los Estados Unidos durante 10 años. Sentimos que era hora de regresar a casa. Y yo sentía que ya no tenía nada más que dar, y había una gran necesidad en mi país.

ML: Cuando visitan San Francisco, ¿a dónde van?

LM: Bueno, la mayoría de nuestros amigos en San Francisco viven en la Misión. Vamos al Parque Dolores, a Weird Fish y vamos a comer comida mexicana.

ML: ¿Cómo se compara la Misión con Buenos Aires?

LM: Hay mucha gente de países cercanos. Hay barrios enteros llenos de bolivianos, peruvianos. Pero la Misión es diferente. Es una gran mezcla, aunque la mayoría de los latinos son de Centroamérica. Uno no encuentra a muchos argentinos en la Misión. Algunos chilenos, algunos colombianos.

ML: Luis, ¿han tenido alguna experiencia memorable al haber realizado etnografía musical?

LM: Tuve una gran experiencia en el festival Punta Corral. Fue una peregrinación en una montaña. 10,000 personas escalando. 73 grupos. 500 músicos. Tenían flautas, gaitas, bombos, tambores y platillos.

Tocaron todo el tiempo, simplemente tocaron y tocaron y tocaron. Festejaron al subir, en la cima y al bajar. A duras penas y pude subir tocando el gigantesco bombo y las gaitas. Estábamos a 11,000 pies por encima del nivel del mar. No se cómo explicarlo. Pero aquí hay un video.

ML: ¿De veras?

LM: Bueno, todavía no lo he subido. Pero pronto va a estar ahí.

Zambaleta presentara este viernes 30 de julio a Lulacruza.

8p.m., Ganucheau, 9 p.m., Lulacruza, 10:30 p.m., DJ invitado: The Woodshop.

630 Treat

Boletos entre $10 y $15 dólares.

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Heather Smith covers a beat that spans health, food, and the environment, as well as shootings, stabbings, various small fires, and shouting matches at public meetings. She is a 2007 Middlebury Fellow in Environmental Journalism and a contributor to the book Infinite City.

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