Monday morning on Valencia Street. Photo by Lydia Chávez

Traducción por: Neus Valencia

El Dow Jones tuvo un aumento de más de 700 puntos el viernes, en gran medida provocado por lo que los inversionistas consideraron un estudio prometedor acerca de remdesivir, un medicamento antiviral y un posible tratamiento contra el COVID-19, realizado por Gilead Sciences. De hecho, también el viernes, las acciones de Gilead subieron casi un 10 por ciento.

Pero, ¿qué es remdesivir y, vale la pena entusiasmarse? ¿Realmente Gilead Sciences es la luz al final del túnel?”

En primer lugar, Remdesivir es un medicamento antiviral, lo que significa que inhibe la reproducción del virus en el cuerpo de la persona. Originalmente, fue desarrollado para tratar el ébola.

Afortunadamente, aquí en San Francisco, tenemos algunos de los mejores científicos que nos pueden explicar esto, y así lo hizo una de ellas el jueves por la tarde, durante uno de los foros de rondas en línea de la universidad UC San Francisco.

La doctora Annie Luetkemeyer, profesora de enfermedades infecciosas en la UCSF, explicó que el medicamento aún no está aprobado, pero que se están haciendo múltiples ensayos clínicos. Ella explicó a los espectadores acerca de un estudio publicado el 10 de abril en la revista de medicina New England Journal of Medicine. Dicho estudio no es el que entusiasmó a los inversores el viernes (ese fue realizado por la Universidad de Chicago); no obstante, sacar conclusiones sólidas de ambos ensayos representó un problema similar: no había grupo de control en ninguno de los ensayos, y es difícil saber si el medicamento ayudó a los pacientes o si mejoraron por sí mismos.

La opinión de Luetkemeyer acerca del estudio en el New England Journal básicamente fue que: es demasiado pronto para tener certeza y necesitamos más información.

Hay “mucha discusión acerca de lo que aprendimos de esta serie de casos”, dijo, “y depende de si eres una persona que mira el vaso medio lleno o medio vacío”.

El estudio se centró en 53 pacientes que sufrían de síntomas graves de COVID-19. Treinta y cuatro de ellos tenían soporte de ventilación. Todos habían recibido el medicamento aproximadamente 12 días después de mostrar síntomas, y esto se hizo una vez al día durante 10 días.

Después de una mediana de 18 días, el 68 por ciento de todos los pacientes “mejoraron” y el 47 por ciento fueron dados de alta del hospital. De aquéllos que fueron intubados (30 de los 53), 57 por ciento fueron extubados.

Dieciocho por ciento (o seis de los 34) que recibieron ventilación murieron, y 1 paciente que no recibió ventilación también falleció.

“Pero de nuevo, en ausencia de un grupo de control, ¿qué podemos decir?” dijo Luetkemeyer, “¿Remdesivir tuvo mejores resultados que los esperados? [o] ¿es esto lo que habría pasado si no hubieran recibido ningún medicamento?”

Lo mismo ocurrió con los efectos secundarios: anomalías de la función hepática, erupción cutánea, diarrea o infección renal. Sesenta por ciento de los pacientes tuvieron un “evento adverso” con estos síntomas, y 23 por ciento tuvo un “evento adverso grave”.

No obstante, sin un grupo de control, dijo que era difícil saber si esos eran solo los síntomas de COVID-19, los cuales son similares.

Para poner en contexto el estudio del New England Journal, señaló que los estudios anteriores de las tasas de mortalidad entre los pacientes graves con COVID-19 que han ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos oscilaron entre el 16 y el 78 por ciento.

“Por lo tanto, en mi opinión, cuando intento reflexionar acerca de estos datos de remdesivir, ¿qué indica esto, que es realmente bueno un 18 por ciento?” “¿O que es justo lo que se esperaría?” comenta Luetkemeyer.

Dijo que es demasiado pronto para responder esta pregunta considerando todos los factores, especialmente el amplio rango de mortalidad, que probablemente esté determinado por la gravedad de la enfermedad de los pacientes, así como por el nivel de atención que reciben y qué tan abrumada está la Unidad de Cuidados Intensivos.

“Me parece que la moraleja de la historia es que es bueno consultar los datos, pero que no debemos sobre interpretar el uso compasivo de los estudios”, dijo. “Ciertamente estoy feliz de que exista, pero realmente estamos esperando que lleguen pronto los datos del ensayo de control aleatorizado.”

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Julian grew up in the East Bay and moved to San Francisco in 2014. Before joining Mission Local, he wrote for the East Bay Express, the SF Bay Guardian, and the San Francisco Business Times.

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