Art by Xara Thustra

El diez de mayo, los entusiastas de galerías se reunieron en la galería Luggage Store Gallery para la inauguración de una exhibición colectiva de sesenta y seis artistas internacionales y del Área de la Bahía presentes para conmemorar el décimo aniversario de la tienda y espacio artístico Needles & Pens.

El espacio de la Misión nació hace una década cuando un muchacho aficionado a los fanzines y una muchacha a la que le gustaba la costura decidieron abrir una tienda, y habitarla ilegalmente, en un pequeño local en la calle 14.

“Es una locura que una pequeña tienda de fanzines todavía pueda estar aquí”, dijo Breezy Culbertson, experta en costura y artesanías así como copropietaria de Needles & Pens.

“Cuando lo comenzamos siempre nos decíamos: ‘un año más de esto y ya’”, dijo el conocedor de fanzines Andrew Martin Scott, socio de negocios.

La exposición, que continuará hasta el ocho de junio, presenta obra de artistas que han tenido obra en exhibición en la galería de Needles & Pens. Las grandes obras incluyen una obra de técnica mixta de Kyle Ranson titulada “The Carpet”, una pintura en colorido acrílico sobre madera de Xara Thustra, y una instalación de grandes fotografías de la publicación Hamburger Eyes.

La exhibición del décimo aniversario es extraordinaria, incluso para los fundadores, ya que Needles & Pens comenzó por un capricho.

En 2003, Scott y Culbertson habían acabado de regresar a San Francisco después de varios meses de haber estado viajando por Europa. El par, que en ese entonces salía románticamente y que ahora solo son socios de negocios, lucharon por encontrar trabajo después del punto com.

Se preguntaron: ¿por qué no dedicarse a lo suyo? Scott había estado haciendo fanzines desde adolescente y a Culbertson le encantaba crear su propia ropa y joyería. Ambos querían un espacio que combinara las dos cosas.

La mala economía también significaba una oportunidad, en específico caseros que no los molestaban. Cuando encontraron un pequeño local en la Misión, en la calle 14, con un casero al que no le importaba si dormían en la parte de atrás, Culbertson y Scott abrieron Needles & Pens, un emporio para fanzines y artículos artesanales.

“El comienzo fue lo más duro”, dijo Culbertson. “Éramos tan jóvenes, no sabíamos lo que estábamos haciendo. Simplemente estábamos siguiendo la corriente”.

A pesar de lo que Scott describe como una “verdadera ignorancia” y lucha por salir tablas en los primeros dos años, el local sobrevivió. En 2006, se mudaron a su actual espacio, el cual es más grande, sobre la calle 16 y pudieron incluir una galería para exhibir obra local.

Needles & Pens también obtuvo reconocimiento internacional de publicaciones de arte y diarios. Culbertson y Scott se vieron curando exposiciones colectivas en galerías en Suecia, Inglaterra y Japón.

Miriam Stahl, una artista de Berkeley, cuya obra está en la exposición en Luggage Store, declaró que el local juega un papel en motivar a los jóvenes artistas en el barrio.

“Needles & Pens toma estos fanzines aunque no sean algo completamente profesional”, dijo. “Le hace a uno pensar: ‘yo puedo hacer eso’… Esto hace que haya una nueva generación de gente joven que hace cosas”.

Scott es honesto sobre la lucha que toma mantener a flote un negocio de una década. “Es difícil ganar dinero”, explicó. “Vendemos los fanzines a $3 dólares cada uno. Es como vender chicle, no es un gran margen de ganancia. La gente que está en los fanzines no dura tanto”.

Varios locales especializados en libros y arte en San Francisco han cerrado sus puertas en los últimos años. Las ubicaciones tradicionales de Curiosity Shoppe en la Misión y Giant Robot en el Haight son tan solo dos ejemplos. Scott le da el crédito al local de diez años a “los buenos caseros, a la suerte y al masoquismo”.

“Breezy y yo somos unos glotones del castigo”, dijo. “A mucha gente no le gusta vivir de lo que vivimos. Nosotros estamos acostumbrados a vivir con menos”.

Scott admite que se pregunta si el interés de la gente en los fanzines está desvaneciéndose. Mencionó haber observado una falta de dinero por parte de empleados de Silicon Valley que se dedican a comprar arte.

Culbertson, por su parte, mantiene una mentalidad abierta en tanto al futuro.

“El local cobra vida por si solo”, dijo. “Es un espacio de la comunidad. La comunidad todavía lo quiere”.

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Andrea hails from Mexico City and lives in the Mission where she works as a community interpreter. She has been involved with Mission Local since 2009 working as a translator and reporter.

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