El sábado pasado, un grupo de alrededor de 75 personas de la comunidad, con todo y familias sonrientes, llegaron a la reinauguración del Área de Juegos de la Misión. Los niños jugaron bajo las fuentes, en donde también había globos y un lugar donde se podían pintar la cara. Un DJ tocaba música soul, había camiones de comida para la gente con hambre y el Supervisor Scott Wiener dio un breve discurso.

En un gesto populista, Phil Ginsburg, gerente general del Departamento de Parques y Recreación, invitó a todas las familias a estar presentes para cortar el listón rojo. “¡Este parque está abierto!”, anunció entre vitoreos y aplausos.

La remodelación del Área de Juegos de la Misión fue posible gracias a un bono para parques de $7.5 millones de dólares que se aprobó en 2008, así como la asociación con la Fundación de Campos de la Ciudad, la cual dio $500,000 para financiar el proyecto de un año duración.

“Si vive en el barrio, sabrá que este parque solía ser históricamente un lugar no muy feliz”, dijo Ginsburg. “Si observa lo que sucede aquí, en dónde solía haber asfalto que se estaba desmoronando, les hemos dado a muchos más niños la oportunidad de jugar a la pelota”, dijo al señalar el campo verde de fútbol detrás de él en donde dos equipos de jóvenes jugaban un partido.

El recién abierto parque dispone de pasto sintético, canchas de tenis remodeladas, una gran fuente de agua para niños y un centro de evaluación de inclusión y recreación adaptable para niños con discapacidades.

Antes de la remodelación, el Área de Juegos de la Misión tenía campos de asfalto, y los futbolistas podían lastimarse gravemente si se caían. Asimismo, solía ser un lugar popular para el uso de drogas, de acuerdo con Ginsburg.

“Lo que tenemos hoy es un pequeño parque urbano tan hermoso como me lo pude imaginar”, opinó.

Wiener aclaró la importancia de la Proposición B en la boleta electoral de noviembre — un bono para parques de $196 millones que podría destinarse al mantenimiento y mejora del espacio público. “Cuando los votantes invierten en nuestros parques es sencillamente sensacional”, dijo. “Sé que lo haremos de nuevo este otoño con la Proposición B, nuestro bono para parques”.

La gente que respalda el bono, como el presidente Albert Ko de la Asociación de Padres de Familia y Profesores de San Francisco, sostenía letreros verdes que decían “Sí a la B: Parques Limpios y Seguros en el Barrio”.

“Soy padre de familia, y estamos apoyando la Proposición B porque creo que es importante hablar por los niños porque no pueden votar”, dijo. La inversión en los parques de la ciudad hará que las familias se sientan menos inclinadas a mudarse del otro lado de la bahía, dijo Ko. “Necesitamos algo como la Proposición B para hacer de San Francisco un lugar donde la gente pueda venir… para que las familias tengan lugares a dónde ir y puedan divertirse”.

Después del discurso de Wiener, Ginsburg y otras personas, entre ellas familias, se reunieron para cortar el listón rojo —una tarea a menudo reservada para los VIP. Un señor, César Hernández, estaba de pie en el fondo con un pedazo del listón cortado colgando del cuello.

Hernández solía traer a sus niños, quienes ahora son adultos, al Área de Juegos de la Misión.

“Estoy emocionado. No me gustaba este parque antes porque había muchas pandillas”, contestó Hernández en español. “Si pudiera ver mi piel, notaría que se me pone la piel de gallina”.

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